Pregunta: ¿Qué debo enseñarle a mi hijo con respecto a los Tefilin antes de su bar mitzvá y cuando debe comenzar a colocárselos?
Respuesta: Al rezar por la mañana, se recita el Shemá con los tefilín colocados, tal como dice el versículo: “Los atarás por señal sobre tu brazo y serán por totafot sobre tus ojos” (Devarim 6:8). Nuestros sabios, de bendita memoria, dijeron que todo aquel que recita el Shemá sin tefilín es como si presentase falso testimonio (Talmud Babli Tratado de Berajot 14(B)). De todas maneras quien carece de tefilín debe recitar también el Shemá por cuanto que se trata de dos preceptos diferentes y el cumplimiento de uno de estos no es condición para el cumplimiento del otro. Si la persona no tuvo el mérito de poder colocarse los tefilín, que al menos cumpla con el precepto de recitar el Shemá y no se lo considera como quien presenta falso testimonio por cuanto que la situación está fuera de su control (Mishná Berurá 46:33, ver arriba 12:9).
Se acostumbra a tocar el tefilín de brazo al momento de recitar “y los atarás como señal en tu mano”, así como el de la cabeza al recitar “y serán como totafot entre tus ojos”. Acto seguido, se acostumbra a besar la mano que tocó los tefilín (Shulján Aruj 61:25, Jaié Adam 14:15).
Asimismo, se acostumbra a recubrirse con talit antes de dar inicio al rezo matutino, ya que la tercera porción del recitado del Shemá lo menciona. Durante el recitado del Shemá se acostumbra a tomar los tzitziot en la mano izquierda que corresponde con el corazón aludiendo al versículo “y llevarás dentro del corazón estos mandamientos” (Shulján Aruj 24:2).
También es costumbre que antes de la porción de Vaiomer se tomen los tzitziot con la mano derecha (Mishná Berurá 24:4) o con ambas manos (Kaf HaJaím 24:8). Al decir la palabra tzitzit se los besa, al decir “y los mirarás” se los contempla y hay quienes acostumbran en ese momento pasarlos delante de los ojos para luego besarlos. Asimismo, se acostumbra a besar los tzitziot cuando finaliza la tercera porción y se pronuncia la palabra “emet” (verdad) y se los continúa sosteniendo hasta que se llega a las palabras “unejemadim laád” (que los mandatos de Hashem son agradables por siempre), entonces se vuelven a besar y se los suelta (Mishná Berurá 24:4, Kaf HaJaím 24:8 y 18). Existen otras costumbres relacionadas y se trata de excelencias que manifiestan el cariño que se tiene por el precepto mas no son condición para su cumplimiento
Se coloca el Talit antes que los tefilín, pues estos últimos son más sagrados y es bueno que una persona vaya en ascenso por el camino de la santidad (Shulján Aruj 25:1).
Además de la intención general que debe tenerse a la hora de cumplir cualquier precepto, es decir, cumplir con el mandato Divino, la Torá nos enseña que el tzitzit tiene un propósito especial y es el de recordarnos todos los preceptos para cumplirlos. El tefilín por su parte, tiene por objetivo someter a nuestro corazón y a nuestra mente para servir a Hashem, recordarnos su singularidad y la salida de Egipto (Shulján Aruj 8:8, 25:5). Estas ideas fueron impresas en los libros de rezos y si bien no es obligatorio recitarlas se debe meditar sobre estas.
Quienes cumplen con mayor excelencia esta tradición, acostumbran a envolverse en el talit y colocar los tefilín en sus casas y caminan con éstos puestos hasta la sinagoga (Shulján Aruj 25:2). Aunque hacer esto provoque que la persona no llegue a la sinagoga entre los diez primeros, es preferible llegar a ésta con los tefilín ya colocados (ver Mishná Berurá 90:47).
Dado que los tefilín tienen santidad, está prohibido distraer la atención de ellos mientras los tiene amarrados, por esta razón es bueno tocarlos cada tanto (Shulján Aruj 28:1).
Dado que hay que tener el cuerpo limpio y la mente limpia mientras se tiene puesto el tefilín, un niño menor de 13 años no debe colocarse el Tefilin. La costumbre es que se los comience a colocar un mes antes de su bar mitzvá para llegar listo al día de su bar mitzvá.