Pregunta: ¿Si mi esposa encontró una mancha de sangre en su ropa y no está segura cuándo la lavó por última vez, debo ir a mostrársela al rabino?
Respuesta:
El estatus de una mancha depende del tipo de ropa en la que se encuentre:
A) Ropa que fue revisada con anterioridad.
B) Ropa que no fue previamente revisada.
C) Ropa sucia.
Si la ropa fue revisada antes de ser manchada y efectivamente estaba limpia, la mujer queda prohibida para su esposo, siempre y cuando la mancha cumpla con las condiciones mencionadas anteriormente: que sea del tamaño de un gris, que sea de “color impuro”, que “su forma sea impura” y que haya sido encontrada en una prenda blanca y susceptible de recibir impureza, etc.
Si se encuentra la mancha en una ropa que no fue previamente revisada, hay autoridades rabínicas que consideran que la mujer queda prohibida para su esposo, aunque la mancha mida más de un gris, y la costumbre es seguir su opinión.
Si la mancha se encuentra en una ropa que con certeza estaba sucia, la mujer siempre queda permitida para su marido.
“Ropa que fue previamente revisada” se refiere a la prenda que su dueña o alguna otra judía examinó y no la soltó de su mano hasta cuando encontró una mancha en ella, o después de examinarla la colocó en un lugar seguro dentro de un armario y no se sabe que se haya manchado o que la mujer haya pasado por un lugar donde pudiera ensuciarse hasta que encontró la mancha. No obstante, es necesario que la prenda haya sido examinada con la intención de cerciorarse de que está limpia, pero si se observó de manera general, sin hacerlo detalladamente, no se considera una ropa revisada, pues, sin lugar a dudas, no se puso suficiente atención .
Toda ropa tomada de un lugar que contiene prendas limpias y que no es examinada de forma particular, se considera “ropa que no fue revisada”. Esto aplica a toda la ropa limpia que está guardada en un armario, si la mujer no suele examinarla antes de guardarla.
Toda ropa que se tomó de un lugar que no está limpio y que no es examinada, que está tirada en la casa o que la mujer la vistió cuando estaba nidá y no la revisó antes de vestirla de nuevo en los días en los que no estaba nidá, se considera como “ropa sucia”.
Si la mujer viste una prenda lavada sin examinarla y encuentra una mancha en ella, debe revisar su tonalidad: si según la tonalidad de la mancha se deduce que la prenda ya fue lavada, la mujer queda permitida para su esposo. Pero si no, queda prohibida (obviamente, si se cumple con el resto de las condiciones necesarias para que la mancha impurifique). Si no le es posible reconocer si la prenda ya fue lavada, la mujer debe tomar otra prenda manchada, igual que la primera, lavarla de la misma manera en que lavó la primera, y si no se le quita la mancha, la mujer queda permitida para su esposo; pero si se le quita la mancha, ella queda prohibida . Si de todas maneras no le es posible reconocer si la prenda ya fue lavada, debe ser rigurosa y quedar prohibida para su esposo, debido a la duda que existe.
Hoy en día, dado que la mayoría de las mujeres lavan la ropa en lavadoras y utilizan detergentes quitamanchas, cualquier ropa lavada se considera ropa limpia pero no revisada. Esto se debe a que a veces vuelan pájaros sobre la ropa mientras está tendida y es posible que la ensucien, o se puede ensuciar en el camino del tendedero al armario. Por lo tanto, si la ropa se seca en un lugar cerrado o en una secadora y después se coloca en un armario sin que sea propensa a ensuciarse por los niños o por factores similares, se considera ropa revisada. Por supuesto, si la mujer revisa minuciosamente la ropa que estaba en el tendedero antes de guardarla en el armario, se considera “ropa revisada”.
Todo lo anterior se refiere a una mancha encontrada en una prenda de vestir.