Pregunta: ¿
¿Qué significado y que debo hacer en los aseret yemei teshuvá?
Respuesta:
Todos los días que hay entre Rosh Hashaná y Yom Kipur están destinados para la teshuvá (el arrepentimiento). Cada individuo tiene la obligación de arrepentirse por completo de todas sus malas acciones durante ese periodo de tiempo, antes de que llegue el gran día de Yom Kipur, tal como dice el versículo: “…delante de Hashem se purificarán” (Vaikrá 16:30). Además, dijeron los profetas de Israel: “Busquen a Hashem cuando está cerca” (Yeshayahu 55:6). Por su parte, nuestros Sabios interpretaron (TB, Rosh Hashaná 18a) las palabras del profeta y nos revelaron que los días en los que Hashem está cerca de nosotros y recibe nuestro arrepentimiento son los diez días que hay entre Rosh Hashaná y Yom Kipur; por lo tanto, las personas deben aprovecharlos para hacer introspección y para arrepentirse de sus malas acciones (Shulján Aruj 602).
Toda persona debe arrepentirse incluso de aquellas acciones de las cuales está en duda si se consideran pecados o no, más de lo que se tiene que arrepentir de las acciones que con certeza se consideran pecados, ya que el arrepentimiento por un pecado que con seguridad se cometió es un arrepentimiento completo y bien recibido. Ese es el motivo por el cual el sacrificio de asham talui, que era ofrecido para expiar por una acción de la que no se tenía la certeza de que fuera un pecado, era más costoso que un sacrificio de jatat, que era ofrecido por los pecados que, con certeza, se habían cometido (Ramá 603 y Nekudat hakésef, ídem).
Escribe el Rambam (Leyes de Shegagot, capítulo 3, halajá 10): “Tanto Yom Kipur como los sacrificios de jatat y de asham sólo expían los pecados de las personas que se arrepienten de sus malas acciones y que tienen fe en que éstas van a ser expiadas, pero a aquel que los desprecia, no le expiarán sus pecados. ¿Cómo es esto? Si una persona trajo un sacrificio de jatat o de asham, y dijo o pensó que esto no le serviría para expiar sus pecados, aunque los haya ofrecido como corresponde, sus pecados no serán expiados”. Asimismo, con respecto a aquel que desprecia el día de Yom Kipur, a pesar de que ayune y se aflija, Yom Kipur no le expía sus pecados (Véase Ramá 607: 6).
Comportamiento y orden del día: Toda persona debe incrementar el tiempo destinado al estudio de la Torá, el cumplimiento de las mitzvot y la entrega de tzedaká durante estos días; además, debe ocuparse menos de sus negocios. Escribió el Ramak z”l que los diez días de arrepentimiento deben ser como jol hamoed, y no se deben realizar más que las labores indispensables. La persona tiene que ocuparse principalmente de corregir sus asuntos interpersonales, ya que estos no tienen expiación hasta que se le devuelva al compañero lo que se le robó, o hasta que se le apacigüe y éste lo perdone.
En estos días la persona debe ser más cuidadosa de sus acciones que en el resto del año; debe comportarse con buenos modales (midot tovot) y debe hacer rigurosidades en la halajá, aunque no acostumbre hacerlas durante el año. De la misma forma, nosotros le pedimos a Hashem que se comporte con nosotros mejor de lo que nosotros nos comportamos con Él en el resto del año (Shulján Aruj 603).
Estudio de ética judía (musar): Toda persona debe esforzarse en fijar tiempos de estudio de libros de ética judía más de lo que acostumbra hacer durante el año, y de esa manera se puede dar cuenta de los aspectos de su comportamiento que necesita corregir y de lo que debe hacer para corregirlos (Kaf Hajaím 603:10, en nombre del Birké Yosef).
El Rav Jaim Vital escribió en su libro Shaaré kedushá (cap. 2, incisos 4- 5) que la raíz de los pecados proviene del orgullo, del deseo físico, de las charlas prohibidas, y de la tristeza. Estas son las impurezas primarias y tienen muchos derivados (Kaf Hajaím 603: 7).