Pregunta:
¿Se permite utilizar el dinero de maaser para pagar clases de mis hijos?
Respuesta:
Dice el Rey David en Tehilim 24: “De Hashem es la Tierra y todo lo que está en ella”. Este versículo que tantas veces hemos leído encierra la concepción profunda que nada de lo que tenemos o de lo que nos rodea nos pertenece realmente, sino que solamente es un regalo de Hashem. Salud, familia, posesiones materiales, todo nos llega solo por el hecho de que Hashem es inmensamente generoso. ¿Y qué nos pide a cambio? Realmente muy poco: que nos ocupemos de su Torá y que cumplamos sus mitzvot.
Una de ellas es el de separar el maaser (diezmo) y dárselo a la gente necesitada.
Pero, ¿por qué cuesta tanto cumplir esta mitzvá? ¿En qué es diferente que otras mitzvot? ¿Por qué buscamos atajos en su cumplimiento o “formas de compensar” lo que nos exige la Torá? ¿Por qué si la sociedad que hay entre “Hahsem y el hombre” enuncia que a pesar que Él es el socio mayoritario y deja que nos quedemos con el 90% de las ganancias a cambio de que le demos a quien Él indique el 10%, nos cuesta tanto desprendernos de esa mínima porción?
La Guemará relata que Rabí Yojanán se encontró con su sobrino, el hijo de Resh Lakish, cuando salía de la Yeshivá donde estudiaba.
“¿Qué versículo estudiaste hoy?” le preguntó Rabí Yojanan.
“Hoy estudiamos ‘Aser Teaser’” (diezmar diezmaras (Devarim 14:22)), respondió el muchacho, y le repreguntó a su tío: “Por qué la Torá utiliza la doble expresión para separar el diezmo?”
“Para enseñarnos que quien separa el Maaser no pierde. Sino todo lo contrario, Hashem lo enriquecerá. La segunda palabra como Titasher (es decir, te harás rico)”, respondió Rabí Yojanán.
“Cómo puedo saber que esa interpretación del versículo es correcta?” preguntó su sobrino.
“Muy simple. Pruébalo y verás que tengo razón”, contestó su tío.
“Pero está prohibido cumplir las mitzvot con la intención de probar si Hashem concede o no la recompensa prometida”, objetó el muchacho.
“Maaser es una excepción” contestó el Rav. “Está permitido probar a Hashem al dar el Maaser. Aprendí esto de mi Rav, Rabí Hoshea, quien citaba el versículo (Malají 3:10): “Lleven todos los diezmos a los depósitos para que haya comida en Mi Casa y sométeme a una prueba, dice Hashem. Verás que abriré las ventanas del cielo y lloverán bendiciones incontables”.
El joven dijo: “Si hubiera llegado a ese versículo en mi estudio, habría comprendido la idea sin tu explicación ni la de mi Rav”.
Entonces, basándonos en este relato, mucha de nuestra falta de carácter a la hora de separar el maaser ocurre porque no conocemos o estudiamos acabadamente su mensaje ni las leyes relativas. Vamos a tratar de transmitir, con ayuda de Hashem, las principales nociones del tema, ejemplificando de la forma más simple y clara posible para que todo el mundo, grandes y pequeños, puedan acercarse en forma llana al cumplimiento de esta mitzvá.
El Shulján Aruj nos cuenta que existen tres categorías en la observancia de la mitzvá de Tzedaká (entendida esta como “Caridad” o más apropiadamente “Justicia Social”):
• Dar el 20% de los ingresos personales a pobres y necesitados,
• Dar un 10% a estos,
• Dar menos del 10%.
Quien da el 20% (o un quinto de los ingresos) cumple la mitzvá en su máxima expresión. Quien da el 10% (el diezmo, llamado “maaser”) de su dinero para tzedaká está en el promedio del cumplimiento (midá beinonit). Quien da menos del 10%, se lo considera avaro (ain raá).
Origen de la mitzvá
El maaser (palabra derivada del término asará, que en hebreo significa diez), o diezmo, se refiere a la separación del 10% de los ingresos netos de una persona.
Su origen se remonta a la Torá, donde encontrar el ejemplo de Abraham, Itzjak y Yaacob, quienes dieron testimonio de esta obligación, en los siguientes episodios:
• Abraham: Luego de luchar y vencer a los reyes que habían capturado a su sobrino Lot, se encontró con Malki Tzedek (Bereshit 14:21) a quien le dio la décima parte de todo el botín que había capturado.
• Itzjak: El midrash cuenta que él hacía un inventario detallado de todas sus posesiones a fin de separar el maaser.
• Yaacob: Luego del sueño de la escalera en el que “vio” ángeles que subían y bajaban del cielo, se comprometió a separar el maaser de todo lo que recibiera (Bereshit 28:22).
Además la Torá enumeró las obligaciones que tenemos hacia los pobres y necesitados, diciendo: “Y cuando segareis las mieses de vuestra tierra, no acabarás de segar el rincón de tu campo, ni espigarás tu tierra segada… para el pobre y el extranjero lo dejarás, Yo soy Hashem vuestro Di-s”. (Parashat Kedoshim, Vaikrá 19:9-10).
De aquí aprendemos que la persona que trabaja su campo debe dejar una parte del producto para la gente pobre. Estas porciones para los pobres se conocen como:
• Leket: Dejar uno o dos tallos. Si el que cosecha deja caer por descuido uno o dos tallos de grano, no debe recogerlos, debe dejarlos en el suelo para que los pobres lo recojan.
• Shijejá: No recoger las gavillas olvidadas. Si durante la cosecha alguien se olvida de una o dos gavillas, debe dejarlas para el pobre.
• Peá: dejar sin cosechar lo producido de una de las esquinas del campo. La Torá no especifica la cantidad que el propietario debe dejar sin cosechar para que la recojan los pobres, pero los Sabios establecieron que se debe dejar por lo menos uno de sesenta de los cultivos.
Asimismo, encontramos que uno debe dar el Maaser Ani (el diezmo para los pobres) de su producción. Cuando una persona cosecha su campo, antes de que le sea permitido consumir sus productos debe separar:
• Primero, una porción para el cohen (2% del cultivo).
• Luego de separar la porción para el cohen, debe separar una porción para el Levi (10% del cultivo). A esto se denomina Maaser Rishón (Primer diezmo).
• Luego, otro 10% de la cosecha para ser consumida en Yerushalaim. Se denomina Maaser Sheiní (Segundo diezmo).
Al tercer y sexto año dentro de un período de 7 años que culmina con la Shemitá, en lugar de separar el Maaser Sheiní, éste 10% del cultivo era separado como Maaser Ani, el cual era entregado a la gente pobre.
El Jafetz Jaim en su libro “Ahavat Jesed”, capítulo 18, menciona que el separar el maaser, no es solamente el diezmo de la cosecha sino que también aplica a los ingresos monetarios de la persona.
Por ende, la obligación de separar y dar en carácter de caridad una décima parte (Maaser) de los ingresos monetarios es una derivación de la obligación de la Torá enunciada anteriormente.
Prueba y recompensa
El Profeta Malají señaló la importancia de separar y ser meticulosos con el maaser destacando lo que Hashem le transmitió:
“Traigan todos los diezmos del granero… y pruébenme ahora en esto… verás que les abriré las ventanas del cielo y lloverán sobre ustedes bendiciones…” (Malají 3:10).
Es decir Hashem pide ser probado por la persona a través de su compromiso con el maaser: si la persona es cumplidora en separar y asignar correctamente el maaser (demuestra ser un buen administrador de los bienes que Hashem mismo le da; éste se hace merecedor que el Creador de Mundio le asigné mucho más en una medida sin límites.
Escribió el Rav Oppenheimer en su libro “Leyes de Maaser”:
“El hecho de que justamente en el cumplimiento del precepto de maaser esté permitido poner en prueba a Hashem, es decir, esperar una recompensa por cumplir esta mitzvá, se explica de la siguiente manera: Del mismo modo que aquel que le da maaser al pobre no investiga ni prueba si éste es realmente digno de recibirlo –asimismo puede esperar que Hashem le conceda bendición material “midá kenegued midá”, sin comprobar exactamente si es merecedor de esta”.
¿Sobre quién recae la obligación de separar Maaser Kesafim?
La obligación de separar y dar de tzdaká una décima parte de los ingresos recae tanto para hombres como para mujeres (judíos), pobres o ricos.
Aun niños pequeños que ya comprenden el sentido de esta mitzvá, deben separar el maaser de sus ingresos o de cualquier regalo en dinero que hayan recibido.
¿Sobre qué y cómo debemos separar el Maaser?
En líneas generales, las leyes de Maaser Kesafim se aplican para los ingresos monetarios:
• Generados en el comercio, profesión o desempeño de algún trabajo,
• Los recibidos en carácter de regalo, dote, herencia,
• Dinero encontrado
• Otros
Quien haya obtenido una cantidad de dinero debe separar el 10% de dicho ingreso (aun cuando la persona de la cual lo recibió ya hubiera separado maaser).
• Ejemplo: si alguien ganó $1.000, debe separar $100 como maaser. Le quedará para sí los $900 restantes.
Cuando una persona separó maaser de sus ingresos, no debe volver a dar maaser de ese dinero, sino del incremento que se genere sobre el mismo, en caso de que lo haya invertido.
• Ejemplo: Continuando con el caso anterior, si este hombre (que había ganado $1.000 y separó $100 como maaser) decide invertir los $900 restantes y en el producto de su operación obtiene $1.400, sólo deberá separar maaser de las ganancias (ya que él ya había separado el maaser del capital, es decir, de los $900). En consecuencia, el maaser que debe separar es de $50, el cual se obtiene del siguiente cálculo:
$1.400 – $900 = $500 (ganancia de la operación) x 10% = $50 (maaser a separar)
Resumiendo: una persona debe separar primero el maaser del ingreso principal (capital inicial) y a partir de allí sobre las ganancias que se generen.
Mínimos y Máximos
La halajá estableció límites mínimos y máximos para el cumplimento de la mitzvá de maaser:
• Mínimo: el 10% de los ingresos.
• Máximo: el 20% de los ingresos (es decir, dos veces la décima parte).
Este límite máximo fue establecido en el Talmud en virtud a una decisión acordada en Usha (en la región del Galil, al norte de Israel) que establece que “nadie puede donar más del doble de la cantidad fijada para el diezmo”. (Ketubot 50:1).
De todas maneras, existen excepciones a esta última regla, pudiendo separarse más del 20% de los ingresos. A modo de ejemplo tenemos:
• Aquel que es tan rico que incluso si dona más del 20% de sus ingresos, no existe riesgo que empobrezca.
• Cuando se trata de salvar la vida de una persona.
• Cuando se trata de fomentar el estudio de la Torá.
En conclusión: El dinero de maaser se debe separar para la gente pobre o para el estudio de la Torá. toda obligación que la persona tiene no puede utilizar el dinero de maaser para cubrirla. Si se trata de algo que no está obligado y es una mitzvá, puede utilizar el dinero del maaser para ello y no debe preocuparse por darle el dinero a los pobres porque Hashem se lo devolverá con creces.
Un saludo.
Centro internacional de preguntas halájicas |