Pregunta:
¿En una casa de varios compañeros, se puede salir de la obligación con una sola janukiá?
Respuesta:
Un hijo que vive con sus padres, a pesar de que sea mayor de edad, no debe bendecir por las velas de Janucá mientras esté soltero; lo mejor es que se apoye en el encendido de su padre. Si ya se casó y todavía vive en casa de su padre, debe encender las velas en la habitación en la cual duerme, pero sin bendecir; más bien, debe colocarse junto a su padre cuando él las encienda y debe tener en mente la intención de cumplir la mitzvá con la bendición de su padre (Ben Ish Jai 16).
Un hijo que come en la casa de su padre, pero vive en un departamento aparte, aunque sea en el mismo edificio, debe bendecir por sí mismo (ídem.).
El Ramá dictaminó que todo hijo que tiene la edad en la que debe ser instruido en el cumplimiento de las mitzvot, debe encender velas y bendecir, y esa es la costumbre de los ashkenazim. Pero hasta que no cumpla 13 años, no puede sacar de su obligación a otras personas.
Estudiantes de Yeshivá o soldados sefaradím: Si no están casados, en principio cumplen con su obligación por medio del encendido de sus padres, que encienden tambien por ellos en sus casas, y lo mismo aplica con respecto a un hombre cuya esposa enciende por él en su casa. En caso de que tengan una habitación privada, fuera de la casa de sus padres, o que vivan en un internado, deben encender allí sin bendecir o deben dar una perutá y asociarse con otra persona, y escuchar las bendiciones de ella (véase Trumat Hadeshen 101; Bet Yosef 676; Shulján Aruj 3 y el Ramá; Kaf Hajaím, inciso 25; Mishná Berurá, inciso 16).
Hay quienes opinan que si un padre enciende las velas después de media hora desde la salida de las estrellas, su hijo puede encender a tiempo y tener en mente la intención de no cumplir con su obligación a través del encendido de su padre.
Alumnos de Yeshivá o soldados cuyos padres no encienden velas en sus casas o que residen en la diáspora, en países donde la diferencia de horarios de encendido con respecto a los de Israel es de más de media hora, los hijos deben bendecir en su habitación con las respectivas bendiciones (Shulján Aruj 677:1).
Alumnos de Yeshivá o soldados ashkenazim, cuya costumbre es que cada miembro de la familia encienda su propia janukiá con su bendición, deben encender en la Yeshivá con bendición. Si varios alumnos duermen en la misma habitación, cada uno enciende sus propias velas y bendice por ellas.
Una hija que vive sola: Una hija que vive sola, no tiene la obligación de encender las velas de Janucá y cumple con el encendido de su padre. Si no tiene padre, vive en la diáspora o no enciende velas, ella debe encenderlas y bendecir por sí misma.
Departamento en sociedad: si dos o tres personas comen por separado pero viven juntos en un mismo departamento, deben asociarse en los gastos de las velas y cada uno debe encender una de las noches de Janucá (Ben Ish Jai, ibíd., inciso 17).
¿Puede una persona tener la intención de no cumplir con su obligación a través del encendido de su esposa o de su padre? El Bet Yosef opina que no es posible hacerlo, pero el Ramá lo permite. Por lo tanto, los ashkenazim pueden tener la intención de no cumplir con su obligación con el encendido de velas de su casa y pueden bendecir al mirar otras velas, pero los sefaradím no pueden hacer eso (los Ajaronim escribieron que, ya que hay una diferencia de opiniones al respecto, es preferible escuchar las bendiciones de otra persona y no bendecir por sí mismo; véase Mishná Berurá 677:16).
En conclusión: Si son ashkenazim, cada uno enciende con su propia janukiá cada día con bendición.
Si son sefaradím: Si sus padres encienden por ellos, están exentos de encender. Si los padres viven en otro país, el hijo debe encender y pedir a su compañero que lo saqué de las bendiciones. Si son sefaradím y no prenden sus padres por ellos, deben asociarse en los gastos de una janukia y cada día uno enciende con la intención de sacar a los demás. |