Pregunta:
¿Cuántos sonidos del shofar deben escuchar las personas en Rosh Hashaná?
Respuesta:
Nueve, ya que está escrita tres veces la palabra “teruá” (toque de cuerno) con respecto al Año del Jubileo y a Rosh Hashaná, y cada “teruá va acompañada de un sonido sencillo antes y otro después. Y por tradición oral se aprendió que todos los toques del séptimo mes (Tishré) son uno solo, tanto el de Rosh Hashaná como el de Yom Kipur y el del Jubileo, y nueve toques son tocados con cada uno de estos dos: tekiá, teruá, tekiá; tekiá, teruá, tekiá; tekiá, teruá, tekiá (Shulján Aruj 590:1).
Con respecto a la teruá que se encuentra en la Torá, existe la duda de si se trata del sonido de una yalalá (llanto), mejor conocido como teruá o si se trata del sonido llamado shevarim, o si se trata de los dos sonidos en conjunto; por lo tanto, para disipar las dudas, hay que tocar tres veces “tekiá shevarim-teruá, tekiá”; “tekiá, shevarim, tekiá” y “tekiá, teruá, tekiá” (Shulján Aruj 590:2). Sin embargo, según el Zohar Hakadosh (Pinjás 231:2), se debe tocar shevarim y teruá no sólo para disipar las dudas, sino porque todos estos sonidos son necesarios (véase Kaf Hajaím, ibíd. 6; Shaar Hakavanot, pág. 99).
Cien sonidos: Nuestra costumbre es tocar 101 sonidos del shofar, y este es el orden: treinta, sentados (meyushav); treinta, durante la amidá de musaf; treinta, durante la repetición de musaf; diez, en el kadish titkabal; y una teruá grande (guedolá) al final del rezo. En los toques de la amidá silenciosa, en los de la repetición de la amidá, en los del kadish titkabal y en la teruá grande, hay que ponerse de pie (véase Shulján Aruj 592:1; Mishná Berurá, ibíd., incisos 1-4; Kaf Hajaím, incisos 1,5). Se acostumbra que durante las bendiciones de Maljuyot (Reinados) se toca: “tekiá, shevarim-teruá, tekiá; tekiá, shevarim, tekiá; tekiá, teruá, tekiá; lo mismo aplica con respecto a las bendiciones de Zijronot (Recuerdos) y a las de Shofarot (Kaf Hajaím 592:5; véase Shulján Aruj 592).
Según la opinión de la Mishná Berurá, no se debe tocar el shofar durante la amidá silenciosa de musaf y, por lo tanto, las personas que siguen su costumbre tocan treinta veces mientras están sentados (“sentados” significa que las personas se pueden sentar durante esos toques, pero los ashkenazim acostumbran permanecer de pie); treinta, durante la repetición de la amidá; treinta, después del rezo; diez, durante el kadish titkaval o después; y el último sonido es una tekiá grande (véase Mishná Berurá 596:1; 592:4; Kaf Hajaím 592:5). Sin embargo, si toda una congregación desea cambiar y tocar el shofar treinta veces en la amidá silenciosa de musaf en lugar de hacerlo después del rezo, y si esto no va a provocar un pleito, pueden hacer el cambio, aunque no estén acostumbrados a hacerlo de esta manera.
Dado que según la kabalá, y también de acuerdo con el sentido literal de la Torá, todos los toques del shofar son necesarios, las personas no deben interrumpir hablando entre las primeras bendiciones hasta que se termine de tocar el shofar, al final del rezo. Por lo tanto, los gabaim no deben callar al público a la hora de la repetición de la amidá, diciéndoles que guarden silencio, sino que deben hacerlo por medio de señales (véase Shulján Aruj 592:3). No obstante, si alguien habló, no se considera una interrupción y no hace falta volver a bendecir.
Alguien que no tiene opción más que rezar solo en Rosh Hashaná, por ejemplo, si está enfermo o es un soldado en servicio, no debe tocar el shofar a la mitad de la amidá silenciosa, aunque haya alguien más con él que sepa tocarlo, sino que, si tiene la posibilidad, debe tocarlo entre el rezo de shajarit y el de musaf, para confundir de este modo al litigante (satán) y poder rezar musaf sin acusaciones; pero si no tiene posibilidades de escucharlo en ese momento, puede hacerlo después del rezo de musaf (Shulján Aruj 592:2; Kaf Hajaím 592:13, en nombre del Bet Yosef; véase Rambam 3:12). |