Pregunta:
¿La mujer puede decirle a su hermana o a una amiga que va a ir a la mikve para que la ayude? ¿Qué pasa si solo puede ir en el mar?
Respuesta:
La mujer debe ser recatada en la noche de su inmersión y no debe revelárselo a ninguna persona, a menos que sea muy necesario. Por lo tanto, es costumbre que las mujeres vayan a la mikve discretamente, sin que la gente se dé cuenta. Nuestros Sabios dijeron que una mujer que no se comporta recatadamente con relación a los asuntos de la inmersión entra en la categoría de lo que dice el versículo (Devarím 27,21): “maldito sea el que se acueste con un animal”.
Si una mujer se está hospedando en la casa de otras personas y tiene miedo de que ellos noten que va a hacer la inmersión, debe postergarla para otra noche.
Si una mujer sabe que su amiga hizo la inmersión, porque se la encontró en la mikve o algo similar, no debe revelárselo a nadie, ni siquiera a su propio esposo. Asimismo, si un hombre sabe que su esposa o que otra mujer hicieron la inmersión, no debe revelárselo a nadie, ni siquiera a su propia esposa.
A pesar de que la mujer no debe revelarle a nadie que va a hacer la inmersión, en un lugar donde no hay una mujer encargada de la mikve, debe pedirle a otra mujer que la acompañe para que revise que sus cabellos estén debajo del agua al sumergirse, y eso no se considera falta de recato.
La mujer debe tener cuidado de que la primera persona con la que se encuentre cuando salga de la mikve sea una amiga o su esposo, pero no una persona gentil o alguna cosa impura.
A la hora de la inmersión, la mujer debe concentrar sus pensamientos en purificar su cuerpo y su alma, estar pura para su esposo y poder engendrar una generación de personas rectas. Debe arreglarse y embellecerse para su esposo, para aumentar el amor y la hermandad entre ellos, así como la paz y la armonía . Debe tener cuidado de no enojarse esa noche y debe sobreponerse a cualquier mal sentimiento que le pueda surgir.
Es recomendable que la pareja lea en el día de la inmersión la igueret hakódesh del Rambán, o el shaar hakdusha del Raavad, o cualquier otro asunto que aumente la santidad de la pareja. Gracias a la santidad, la pureza y el amor que hay entre ellos, la presencia Divina posa sobre ellos, como dijeron nuestros Sabios: “si un hombre y una mujer lo ameritan, la presencia Divina posa sobre ellos; pero si no lo ameritan, el fuego los consume”. Y Lea, que le mostró afecto a Yaakov, tuvo el mérito de completar las doce tribus, de las cuales se formó el Pueblo de Israel. Y logró engendrar hijos que, incluso en la generación de Moshé, nadie pudo igualar.
En caso de necesidad, una mujer puede hacer la inmersión en el mar o en un manantial, pero es recomendable que se aconseje antes con una autoridad rabínica.
Cuando una mujer hace la inmersión en el mar o en un manantial debe tener en cuenta los siguientes puntos:
Que no se le adhiera lodo en los pies al hacer la inmersión.
Que no tenga puesto un traje de baño, ya que, por lo general, está ajustado al cuerpo y se considera jatzitzá; por lo tanto, sólo puede utilizar una prenda holgada.
Que no haya personas en derredor que la puedan ver, y que por el miedo que esto le causa ella pueda sumergirse de manera incorrecta.
Que otra mujer vaya con ella y se cerciore de que todo el cabello estaba dentro del agua al hacer la inmersión. |