Pregunta:
¿Qué pasa si una mujer menstrúa mientras estaba cohabitando con su esposo? ¿Cómo pueden hacer teshuvá al respecto?
Respuesta:
Un esposo que intencionalmente se separa de su esposa porque a la mitad de la relación marital ella se volvió nidá, merece la pena de karet (castigo que consiste en la escisión de la vida, ya sea en este mundo o en el venidero). Si lo hace sin querer o porque no sabe que está prohibido separarse, debe ayunar cuarenta días para expiar por su pecado. Estos cuarenta días no tienen que ser consecutivos; él puede ayunar dos veces por semana, como por ejemplo, lunes y jueves. El ayuno sólo debe ser desde el amanecer hasta la salida de las estrellas, y en las noches de los ayunos, no debe comer carne ni beber vino. Debe ser estricto en su arrepentimiento, pues mientras más se arrepienta, mayor mérito recibirá. Lo principal en este caso no es el ayuno, sino el arrepentimiento que sienta en su corazón por la transgresión cometida; el ayuno sirve para facilitarle la confesión y para que así él pueda decir “pequé, fui perverso y rebelde”, con el corazón roto. También debe leer muchos tehilím y dar mucha tzedaká, para recordar su pecado. Cada vez que separe dinero para tzedaká debe decir: “Esto lo dono en lugar de ofrendar un korbán jatát (sacrificio expiatorio)”, y no debe decir: “Esto es un korbán jatát”. Es recomendable que lea los versículos de la Torá relacionados con el korbán jatát para que se considere como si estuviera sacrificando uno, como dice el versículo “nuestros labios pagarán por los toros (de sacrificio)”.
Una persona puede ayunar dos días seguidos en vez de cuarenta días con interrupciones. Y un hombre saludable debe ayunar tres días seguidos para que se le consideren como cuarenta ayunos. Cada individuo debe escoger la mejor manera de realizar sus ayunos para que estos le ayuden a sentir arrepentimiento.
Una persona que intenta ayunar y no lo logra, puede redimir su ayuno dando tzedaká. Si la persona es adinerada debe dar mucha tzedaká, y si es pobre debe dar menos; la cantidad de tzedaká debe ser tal que el dolor de desprenderse de ella sea similar al sufrimiento que le causa el ayunar. Algunas autoridades opinan que la tzedaká debe ser la suma de dinero que cuesta un korbán jatát.
Sólo el esposo tiene la obligación de hacer este proceso de arrepentimiento, y no la esposa. A pesar de que ella también tuvo placer cuando su esposo se separó, estando aún con erección, ella no hizo ninguna acción, y se considera como si hubiera sido forzada a hacerlo, y, por lo tanto, no hay motivo para exigirle todo este proceso de arrepentimiento . Pero si ella fue la que se separó de su esposo sin querer, como por ejemplo, si no sabía que estaba prohibido hacerlo, si lo ayudó a separarse o si le dijo que se separara mientras todavía estaba con erección, ella también debe seguir el mismo proceso de arrepentimiento.
A pesar de que fue descrito el proceso para sentir arrepentimiento, es recomendable buscar consejo rabínico para saber cuál es el mejor proceso que la pareja debe seguir, ya que el verdadero arrepentimiento puede variar entre una persona y otra.
Todo el proceso de arrepentimiento mencionado antes se refiere a una pareja que tuvo relaciones maritales cuando la mujer no esperaba menstruar; ella tenía permitido tener relaciones en ese momento, pero se volvió nidá a la mitad de la relación, y el esposo por error se separó de ella mientras todavía tenía una erección. Pero si él se separa de su esposa, mientras está en erección, sabiendo que está prohibido hacerlo, o si ellos estaban conscientes de que ella podía menstruar en ese momento y de todas maneras decidieron tener relaciones, o si lo hicieron en una de las fechas en las que ella tenía previsto menstruar (aunque ella no tenga periodo de menstruación fijo), en ese caso, el castigo que ambos merecen es demasiado grande para sobrellevarlo. Algunas autoridades rabínicas sostienen que cada uno debe ayunar ochenta y dos ayunos; otras autoridades sostienen que setenta y dos ayunos y otro tipo de rectificaciones. En la práctica, deben consultarlo con una autoridad rabínica para saber cómo enmendar su error.
En caso de que la pareja tenga relaciones maritales cuando está permitido hacerlo, es decir, no en una de las fechas en las que ella tiene previsto menstruar, y después de la relación ella encuentra una mancha de sangre, aunque las circunstancias revelen que estaba nidá a la hora de la relación, se considera que ellos lo hicieron inconscientemente y no por error, y, por lo tanto, ninguno de los dos necesita llevar a cabo una expiación. Por el contrario, ellos tienen prohibido ser estrictos y exigirse arrepentimiento, ya que eso puede causarles cargos de conciencia que les van a impedir tener relaciones maritales posteriormente, por miedo a que les vuelva a suceder. |