Pregunta:
Mi esposa encontró sangre en sus revisiones y le duele al hacérselas. Me imagino que esta lastimada. ¿Puede evitar las revisiones para poder purificarse? ¿Y si no como puede purificarse? ¿Qué pasa si después de purificarse vuelve a sangrar por causa de esa herida?
Respuesta:
Una herida que sangra ubicada en la vagina de la mujer no provoca que se prohíba para su esposo. Si la mujer dice que tiene una herida que sangra, se le cree. Aunque ella no sepa si está sangrando en ese momento, pero ella sabe que ocurre con frecuencia, se mantiene permitida para su esposo. Tal situación se puede comprobar mediante sus revisiones internas: si ella siempre encuentra sangre en el mismo punto de las paredes vaginales, y con mayor razón, si cuando revisa el punto donde encuentra la sangre siente dolor.
Cuando una mujer que tiene una herida en la vagina menstrúa, debe hacerse la revisión del hefsék tahará y las de “los siete días limpios” de una forma especial. Algunas autoridades rabínicas dicen que ella no puede hacer el hefsék tahará a menos que resulte completamente limpio, incluso de la sangre de la herida. Otras autoridades rabínicas discrepan de esa postura y afirman que si la mujer tiene la certeza de que está limpia por completo de sangre de nidá y que la sangre que está en la tela es tan sólo de la herida, como por ejemplo, si el punto de sangre está en una parte de la tela y el resto está limpia, ésta se considera una revisión de hefsék tahará válida. La costumbre es seguir la segunda opinión, siempre y cuando la mujer se haga tres revisiones —tarde, mañana y tarde— para establecer un patrón que evidencie que en verdad ya no tiene sangre de nidá . A pesar de que no se debe hacer la revisión del hefsék tahará antes del quinto día a partir del comienzo de la menstruación, si la mujer está limpia de sangre de nidá puede comenzar a hacer estas tres revisiones antes del quinto día, siempre que la última de las tres la haga el quinto día, y luego, antes de la puesta del sol (shekiá), se haga la revisión del hefsék tahará; no hace falta que se haga la revisión del moj dajuk.
Asimismo, si la mujer tiene una herida en la vagina puede hacerse la revisión del hefsék tahará con la ayuda de una enfermera que se especialice en tales casos, y que se cerciore de que la sangre efectivamente proviene de la herida y no de la matriz. Las revisiones de los siete días puede hacerlas por sí misma con una tela y si sólo encuentra sangre de la herida, ésta no provoca que ella se prohíba para su esposo.
Una mujer que tiene una herida, tan sólo debe hacerse las revisiones del primero y del último de los siete días limpios, para evitar que se le agrande la herida.
Si una mujer que tiene una herida vaginal mantiene relaciones maritales con su esposo y encuentra sangre similar a la de su herida, no debe sospechar que sea sangre de nidá, pues seguramente proviene de la herida. Sin embargo, si la apariencia de la sangre es diferente a la de la herida, ella queda prohibida para su esposo y le aplican las leyes referentes a la “sangre de nidá por causa de relaciones maritales”. Si la mujer está segura de que la sangre proviene de la herida, se mantiene permitida para su esposo.
Todo lo mencionado antes aplica a heridas en el área de la vagina; sin embargo, si la mujer tiene una herida en el área de la matriz que sangra ocasionalmente, algunas veces ella queda prohibida para su esposo y otras, no. En ese caso, ella debe consultar con un médico para que la examine, le diga con exactitud en qué parte de la matriz está la herida, su causa, y el tiempo estimado para que se cure; con esta información, debe consultar a una autoridad rabínica para que determine la halajá a aplicar. |