Pregunta: Vivo en una ciudad donde no tengo minyan para la lectura de la meguilá. ¿Debo leer la meguilá? ¿Cómo debe ser la lectura? ¿Debo hacerla de pie o me puedo sentar mientras la leo? ¿Cuándo debo hacerlo?
Respuesta:
Todos están obligados a cumplir con la mitzvá de la lectura de la meguilá, tanto hombres como mujeres, y a pesar de que ellas no sepan leer, deben cumplir con su obligación escuchando la lectura de un hombre. Si una mujer no escuchó la lectura de la meguilá en la sinagoga, su esposo debe leerla de nuevo en la casa para ella, y para las demás mujeres que se encuentren allí. Y si un hombre leyó la meguilá en la sinagoga y luego vuelve a leerla en su casa para que las mujeres la escuchen, no debe bendecir, y ellas tampoco deben bendecir (Ben Ish Jai, ibíd. 1). Sin embargo, la Mishná Berurá (692:11) dice que, aunque el hombre ya haya leído la meguilá en la sinagoga, debe bendecir de nuevo para que las mujeres cumplan con su obligación, pero debe decir una versión distinta de la bendición, que es “Baruj Atá Hashem, Elokenu Melej Haolam, asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu lishmoá meguilá” (“Bendito eres Tú Hashem, Dios del universo, que nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó escuchar la meguilá”). (Asimismo escribe el Kitzur Shulján Aruj 141:16). Si no hay ningún hombre que pueda leerle la meguilá a una mujer, ella debe leerla por sí misma, pero sin bendecir.
El que lee para sí mismo la meguilá debe recitar las bendiciones previas y las posteriores de pie, pero la lectura no tiene que hacerla de pie; sólo el dirigente que lee la meguilá para toda la congregación debe hacerlo de pie, por respeto a la congregación (Ben Ish Jai, Teztavé, Halajot de Purim 4).
El que lee la meguilá de manera individual o en un lugar donde no hay 10 personas, de acuerdo con la opinión del Shulján Aruj, debe recitar las bendiciones, y de acuerdo con la del Ramá no debe hacer la bendición posterior a la lectura de la meguilá, a menos que haya diez personas (Ramá, inciso 1; véase Biur Halajá, ibíd. divur hamatjil “ela”). Escribió el Ben Ish Jai: “El que lee la meguilá de manera individual, también debe recitar la bendición posterior a la lectura, y esa es la costumbre aquí en nuestra ciudad, y esa es la costumbre que se debe adoptar en todos los lugares, y ningún individuo debería perder esta preciada bendición” (Ben Ish jai, Teztavé 13).
Antes de bendecir por la meguilá se debe extender todo el rollo como si fuera una carta, y, por lo tanto, es necesario que se haga sobre una bimá (mesa donde se coloca la Torá para su lectura) o una silla donde se pueda apoyar toda la meguilá sin que se vaya a arrastrar por el piso (Ben Ish Jai, ibíd. 4). Hay quienes dicen que no es necesario extender toda la meguilá antes de su lectura, sino que basta con extender la parte inicial que va a ser leída, y no se vuelve a enrollar hasta el final de la lectura (véase Nahar Mitzraim, inciso 4). Según la costumbre, sólo el dirigente hace esto, ya que cuenta con lugar en la bimá para hacerlo (Ajaronim; véase Kaf Hajaím 690:104).
Hay que tener cuidado de no recitar la bendición posterior a la lectura mientras se esté enrollando la meguilá.
El horario para la lectura de la meguilá de la noche es desde la hora en la que salen las estrellas hasta el alba. En el día se puede leer desde el amanecer hasta la puesta del sol. Alguien que se encuentra en un aprieto, puede leerla desde el alba.