Pregunta: ¿Cuándo hay que separase de la esposa antes de que va a dar a luz? ¿Qué otras leyes debo tener en cuenta? ¿Hasta cuándo está nidá después del parto?
Respuesta:Cuando la mujer está por dar a luz, hay cinco situaciones distintas que demuestran que el parto se acerca :
La mujer se sienta en el lugar donde va a dar a luz .
No puede caminar .
Tiene contracciones regulares cada cinco minutos o menos .
Se le rompe la fuente.
Se dilata el cuello del útero dos “dedos” (cuatro centímetros) o más .
En los primeros cuatro casos la mujer no se considera nidá a no ser que también encuentre sangre, pero de cualquier manera debe separarse de su esposo de acuerdo con las leyes de separación. Si ella no da a luz, puede hacerse una revisión interna, y, si está limpia, queda permitida de nuevo para su esposo. A pesar de que hay opiniones que discrepan de esta postura y opinan que está prohibida, la costumbre es ser permisivos . En la quinta situación, cuando a la mujer se le dilata el cuello del útero dos dedos o más, ella se considera nidá y recaen sobre ella todas las prohibiciones descritas en el capítulo 5, aunque no haya sangrado. A pesar de que ella no dé a luz después de tener dicha dilatación, para purificarse necesita contar cinco días, hacerse la revisión del hesfék tahará, contar “siete días limpios” y sumergirse en una mikve.
Cuando una mujer encuentra sangre o tiene una dilatación de dos dedos en el cuello del útero, aplican todas las prohibiciones, incluyendo el contacto físico y que su esposo le vea las partes del cuerpo que normalmente están cubiertas, y por ende, él tiene prohibido ayudarla a subirse a la ambulancia mediante el contacto físico. No obstante, si no hay nadie más que pueda ayudarla, él puede hacerlo aunque tenga que tocarla, pero de una forma indirecta, a través de la ropa. En esas circunstancias el contacto físico está permitido, ya que no demuestra afecto y es sólo para ayudarle. Durante y antes del parto, un esposo no debe tocar a su esposa ni ver aquellas partes de su cuerpo que usualmente están cubiertas, sino que debe alentarla desde la entrada de la habitación donde va a dar a luz. Hay que saber que observar a su esposa cuando está prohibido hacerlo puede provocar un daño bastante serio en su relación y provocar que ella sea despreciada por él.
Revisión del médico o de la partera
La revisión del médico o de la partera puede provocar que la mujer se vuelva nidá.
Impurificación por el parto
Está escrito en la Torá: “Cuando una mujer conciba y dé a luz un hijo varón, será impura por un lapso de siete días, como en los días de su flujo menstrual será impura… por un lapso de treinta y tres días ella permanecerá en la sangre de purificación… y si da a luz a una hija, será impura durante dos semanas, al igual que durante los días de su flujo menstrual; y durante sesenta y seis días permanecerá en la sangre de purificación”.
Según la ley de la Torá una mujer que da a luz a un varón se vuelve impura por siete días, aunque no vea sangre del todo. Después del séptimo día, ella debe sumergirse en una mikve para purificarse, y queda pura los siguientes treinta y tres días (comenzando a partir de la finalización de los primeros siete), a pesar de que encuentre sangre en esos días. En cambio, una mujer que da a luz a una niña se vuelve impura por dos semanas, al cabo de las cuales se puede purificar sumergiéndose en una mikve, y queda pura por sesenta y seis días, aunque encuentre sangre en esos días. Las mismas reglas que aplican con respecto a la mujer que da a luz a un varón aplican a la que da a luz a una niña, con excepción del número de días.
Una mujer que da a luz en los días en los que está zavá debe contar siete “días limpios” por causa de su impureza de zavá, además de los días de impureza por causa del parto. Los días de impureza de zavá pueden coincidir en algunas ocasiones con los de la impureza por causa del parto.
Hoy en día, las mujeres de Israel son rigurosas consigo mismas, y aunque vean solamente que les sale de su cuerpo una gota de sangre cuentan “siete días limpios” para poder purificarse en la mikve. Esto aplica también después del parto: deben contar “siete días limpios”, como las mujeres que dan a luz cuando están en estado de zavá. Algunas veces pueden darse coincidencias en la cuenta de estos días. Por ejemplo: si una mujer da a luz a un varón el primero del mes hebreo, y termina de sangrar, puede hacerse la revisión del hefsék tahará el día cinco del mes antes del anochecer, y el día seis se considera como el primero de los “siete días limpios”; en la noche del día trece puede sumergirse en la mikve y queda permitida para su esposo. Esta inmersión la purifica tanto de la impureza por el parto, que termina el día ocho del mes, como de su impureza regular, que termina el doce del mes.