Pregunta: ¿Mi esposa vio algo de tonalidad rosada en el papel higiénico y lo tiró. ¿Cómo debo proceder?
Respuesta: Los Sabios fueron más permisivos con respecto al asunto de las manchas, ya que se trata de una ley de origen rabínico, pues según la ley de la Torá, la mujer no está prohibida para su esposo a no ser que ella sienta que le sale sangre de la matriz. Sin embargo, los Sabios decretaron que si encuentra una mancha de sangre en su cuerpo o en su ropa, queda prohibida para su esposo, aunque no haya tenido una sensación o aunque se haya hecho una revisión de inmediato y no haya encontrado más sangre.
La aplicación de las leyes de las manchas es muy común. Aunque en muchas ocasiones la mujer en realidad está pura y, por error, es rigurosa consigo misma porque piensa que está impura, también a veces sucede lo contrario, es decir, ella en realidad está impura y, por error, es permisiva consigo misma. Por lo tanto, una mujer no puede decidir si una mancha la hace prohibida o no para su esposo, a menos que antes verifique si se cumplen las siguientes condiciones:
¿Tuvo una sensación?
¿La mancha fue encontrada en una revisión interna?
¿Qué tan limpia estaba originalmente la ropa donde encontró la mancha?
¿Cuál es el tamaño exacto de la mancha?
¿Cuál es la forma de la mancha?
¿De qué color es la mancha?
¿Sobre qué objeto fue encontrada la mancha? ¿Es éste susceptible de recibir impureza? ¿Es de color blanco o de otro color?
¿En qué lugar fue encontrada la mancha?
Al tratar el asunto de las manchas, la condición del color es muy importante, ya que una mancha de “color puro” no ocasiona que la mujer quede prohibida para su esposo, aunque el fluido que ella produjo haya salido acompañado por una sensación. Por esta razón, la mujer debe ser muy cuidadosa de no determinar por sí misma si está prohibida para su esposo o no, hasta que sea una experta en los colores de las manchas, y en caso de duda, debe consultar siempre con una autoridad rabínica.
Si una mujer encuentra una mancha de mayor tamaño que un gris, con forma normal (una sola mancha y no pequeñas gotas separadas), de “color impuro”, sin que previamente haya tenido una sensación, y la mancha no es el resultado de una revisión interna, no siempre queda prohibida para su esposo. Hay dos casos en los que ella queda permitida: A) Si la encuentra en un objeto que no es susceptible de recibir impureza. B) Si la encuentra en una prenda de color.
Si una mujer se sienta en el suelo que está limpio, no siente nada, y al levantarse encuentra una mancha de sangre de mayor tamaño que un gris, queda permitida para su esposo. A pesar de que es claro que la sangre proviene de su cuerpo, tan sólo se considera como “ketem” y no como “sangre”, ya que no estuvo acompañada de una sensación. Nuestros Sabios decretaron que una mujer queda prohibida para su esposo en caso de que encuentre una mancha, pero no queda prohibida para él cuando la encuentra sobre un objeto que no es susceptible de recibir impureza. Esto lo hicieron con el fin de no hacer diferencias entre la impureza de nidá y la impureza relacionada con el Bet Hamikdash, la terumá y otros asuntos afines.
Los objetos más comunes que no son susceptibles de recibir impureza con respecto a las manchas son:
La tierra y todo lo que está unido a ella de manera fija, como por ejemplo: una casa, una puerta, un inodoro y objetos similares; pero una mesa, una silla o cualquier objeto semejante no se considera unido a la tierra, ya que se puede mover.
Todo objeto de madera que no es un utensilio y que no tiene un uso específico, como una tabla que nunca fue parte de un armario o algo similar, y que tampoco es un recipiente.
Papel y lana cruda. Sin embargo, hay opiniones que sostienen que si una mujer encuentra una mancha sobre papel o lana, necesita consultar con una autoridad rabínica, y esa es la costumbre aceptada.
En conclusión: Si la mancha era de color rosa ella continúa estando pura. Además, con respecto al papel higiénico existe una diferencia de opiniones y en este caso se puede sumar este factor. No obstante, a futuro lejatejilá ella no debe ver el papel higiénico para no meterse en complicaciones y en caso de que lo haya visto, debe guardarlo y llevarlo a revisar con una autoridad rabínica para determinar el color.