Pregunta: ¿Por qué las mujeres no se pueden poner tzitzit y Tefilin?
Respuesta: La razón simple y más comúnmente aceptada de que las mujeres estén exentas de los preceptos positivos determinados por el tiempo es permitirles cumplir con su principal cometido que es construir una familia. Las mujeres cargan con una pesada responsabilidad y es la de construir y mantener unida una familia de la que dependen tanto el futuro personal como el nacional. Esta responsabilidad se desprende de su naturaleza, ellas dan a luz y amamantan, además poseen el carácter femenino y maternal que resultan esenciales para la conformación y desarrollo de la familia. Muchas veces, la responsabilidad de la dirección de un hogar amén de la crianza y educación de los niños exige una dedicación que absorbe todas las horas del día y la noche. Por ello, si se le impusiese a las mujeres el deber de cumplir con los preceptos marcados por el tiempo que demandan muchas veces la suspensión de una tarea para ejecutarlas, no podrían dedicarse adecuadamente a su familia (Según Abudraham y Sefer Hajasidim 1011).
Desde esta perspectiva, es posible explicar el hecho de que las mujeres estén exentas del precepto del estudio de la Torá. Este exige total y absoluta dedicación, tanto durante la temprana juventud en la que se adquieren las herramientas básicas de aprendizaje, como durante la vida adulta en la que se dedican extensas horas al estudio. Si las mujeres tuviesen el deber de estudiar Torá no podrían entregarse a la conformación de una familia. Si bien es claro que las mujeres deben también aprender a vivir de acuerdo a ella, no tienen la obligación de estudiarla de modo exhaustivo y puntilloso a fin de alcanzar la profundización teórica. De esta manera se libera a las mujeres de la tensión permanente que acompaña a los hombres que están preceptuados a dedicarse permanentemente al avance en la comprensión de la Torá.
De aquí resulta comprensible cuán valiosa es la familia, que en pos de conformarla y desarrollarla la Torá eximió a las mujeres tanto del precepto de su estudio como de los preceptos positivos determinados por el tiempo.
Es pertinente agregar que el hecho de que la Torá haya eximido a las mujeres del deber de su estudio y de los preceptos positivos sujetos a un tiempo fijo, implica que éstas tienen menos necesidad de cumplirlos y también sin ellos pueden alcanzar su pleno desarrollo personal (ver Ialkut Shimoní Shmuel 78). De acuerdo a esto se puede entender que también una mujer que carece de familia está exenta de estos preceptos.
Las mujeres están exentas del precepto de colocar tefilín ya que se trata de un precepto positivo sujeto al tiempo. Es preceptivo colocarlos en días de la semana y en Shabat está prohibido hacerlo.
Si bien hay casos de varios preceptos positivos marcados por el tiempo como el caso de lulav o shofar, donde muchas mujeres acostumbran a participar de los mismos si bien no están obligadas, si lo hacen voluntariamente se les cuenta como cumplimiento.
De todas maneras en el caso del tefilín la costumbre es que mujeres no los coloquen ya que los judíos temieron grandemente por la honorabilidad de sus tefilín. A tal punto fueron cuidadosos que si bien se pueden llevar colocadas las filacterias todo el día, dado que portarlas requiere de concentración continua sólo las usaban durante el rezo de Shajarit, con la finalidad única de cumplir con el precepto. Entonces, las mujeres que no están preceptuadas de colocar tefilín, ¿para qué precisan entrar en el área de duda respecto de si los respetaron o no suficientemente? Por lo tanto la costumbre es que mujeres no los colocan (Maguén Abraham, Aruj Hashulján).
Por lo tanto, si una mujer quiere superarse en el cumplimiento de los preceptos y consulta si es bueno para ella colocar tefilín la instrucción es que no se los coloque. Si de todas formas su deseo es muy intenso y quiere colocárselos en privado, no corresponde reprenderla ya que muchos juristas opinaron que se le debe reprochar por esto y otros opinan que no y la regla general es que no se debe reprender a alguien cuya conducta está avalada por alguna autoridad halájica.
Hay mujeres que no observan los preceptos relativos al recato y muchos otros y solamente quieren perfeccionarse mediante el uso de talit y tefilín. En este caso se les debe objetar el hecho de transformar el cumplimiento de un precepto en un ámbito de conflicto social, ya que el cumplimiento de los preceptos debe ser con pureza de intención (leshem shamaim), esto es para cumplir con la Voluntad Celestial y no como herramienta para la promoción de todo tipo de otros intereses.
Las mujeres están exentas del tzitzit pues se trata de un precepto positivo marcado por el tiempo, ya que el deber rige durante el día y no durante la noche (Talmud Babli Tratado de Menajot 43(A), Shulján Aruj Oraj Jaím 17:2).
Aquella mujer que quiera vestir un talit puede hacerlo en privado. Según la costumbre ashkenazí habrá de recitar la bendición correspondiente y según la sefaradí no habrá de recitarla.