Pregunta: ¿Qué significado tiene Janucá y cómo podemos expresarlo mediante las mitzvot?
Respuesta: Los días de Janucá fueron establecidos para todas las generaciones como remembranza de los dos milagros que ocurrieron en Janucá: El milagro del jarro de aceite, y el del triunfo de los Jashmonaím en la guerra contra los griegos, junto con el restablecimiento del reinado de Israel (véase Perí Jadash 670).
Hacia la mitad del tiempo en el que permaneció erigido el segundo Bet Hamikdash, los griegos sometieron al Pueblo de Israel y a su tierra, y establecieron decretos contra los judíos, con la intención de anular su religión y sus creencias, y no les permitieron el estudio de la Torá y el cumplimiento de las mitzvot. Se apropiaron de sus bienes y de sus hijas, y entraron en el Bet Hamikdash, donde abrieron brechas e impurificaron los objetos que estaban consagrados al servicio en el Templo. Esto causó un gran dolor a los judíos, además del que experimentaron debido a la fuerte opresión a la que fueron sometidos, hasta que Hashem, El Dios de nuestros patriarcas, se apiadó de ellos y los salvó de sus opresores. Los Jashmonaím, quienes eran los cohanim guedolim (grandes sacerdotes), se fortalecieron y mataron a los invasores griegos y salvaron a los judíos de sus manos. Luego eligieron a uno de los grandes sacerdotes y lo nombraron rey de Israel, y así devolvieron el reinado a los judíos por más de doscientos años, hasta la destrucción del segundo Bet Hamikdash (texto basado en las palabras del Rambam, en las leyes referentes a Janucá, cap. 3, halajá 1).
Con respecto al milagro del jarro de aceite con el que se encendió la menorá (candelabro), relata la Guemará: “Cuando los griegos ingresaron al atrio del Bet Hamikdash impurificaron todos los aceites que había allí. Cuando el reinado de la casa de los Jashmonaím se fortaleció y venció a los griegos, buscaron en todos lados y sólo encontraron un jarro de aceite cerrado con el sello del cohen gadol. La cantidad de aceite que había en ese jarro sólo alcanzaba para encender las velas de la menorá un día, pero ocurrió un milagro, y pudieron mantener encendida la menorá durante ocho días con ese aceite. Al año siguiente se establecieron estos días como una festividad de alabanza y agradecimiento.
La estabilización del atrio a principios de la época del segundo Bet Hamikdash, el 25 de Kislev. Cuando los exiliados volvieron de Babilonia comenzaron la reconstrucción del Bet Hamikdash, y por causa de los acusadores fue interrumpida durante 22 años. Posteriormente, ésta se reanudó, y se establecieron los cimientos del atrio de Hashem el día 24 de Kislev; y en la noche posterior, el 25 de Kislev, se alegraron por la construcción de los cimientos. Y así dice el profeta: “Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día 24 del noveno mes (Kislev), el día en que se echó el cimiento del templo de Hashem; meditad, pues, en vuestro corazón” (Jagai 2). Y a partir de ese día comenzó a recaer la bendición sobre los judíos que regresaron del exilio
Con alegría y con lindas vestimentas: Escribe el Kaf Hajaím (677:8) que es necesario encender las velas de Janucá y bendecir con alegría. Y el Ben Ish Jai en su libro Ateret Tiferet (22) escribió: “En Rosh Jodesh, Janucá y Purim, las mujeres tienen una superioridad, y, por lo tanto, ellas deben cambiarse la ropa y no quedarse con sus vestimentas de diario. Asimismo, las mujeres que tienen alhajas de oro, deben utilizarlas para demostrar su superioridad en estos días”.
Por esta razón, las mujeres deben tener cuidado de vestirse bien y de ponerse alhajas en honor al encendido de las velas, ya que el encendido es lo que lleva a cabo la mitzvá, y lo principal es ese momento. También los hombres deben tener cuidado de vestirse como lo hacen cuando reciben invitados, y alguien que suele vestir sombrero o colocarse un saco largo cuando recibe invitados importantes en su casa, debe vestirse de esa forma a la hora del encendido de las velas, y por ende, no pueden utilizar una camisa rota, sandalias o algo por el estilo; todo esto sirve para demostrar ¡cuán preciada es esta mitzvá para nosotros!
La mitzvá de la vela de Janucá es muy querida, y las personas deben ser muy cuidadosas en ella para publicar el milagro, y deben incrementar la alabanza a Hashem y el agradecimiento por los milagros que hizo con nosotros. Incluso una persona que no tiene para comer más que de lo que recibe de tzedaká, debe pedir dinero prestado o vender sus vestimentas para comprar aceite y encender las velas. (Rambam 4:12).
“¿Qué es Janucá? Enseñaron nuestros Sabios: el 25 de Kislev comienzan los ocho días de Janucá en los cuales no se deben hacer elogios fúnebres ni ayunar” (T.B., Shabat 21b). Y así fue establecida la halajá en el Shulján Aruj (670:1).