Pregunta:¿si una mujer se hizo la revisión del Papanicolaou y no le salió sangre queda nidá? Respuesta:La mujer a la cual le sale sangre de la matriz, ya sea de manera natural o debido a un factor externo (como el esfuerzo realizado al hacer ejercicio o luego de una revisión médica), queda en estado de nidá. Aunque la sangre sólo le salga de la matriz a la vagina, pero no se evidencie fuera del cuerpo, y aunque ella no esté en los días de su periodo de menstruación, queda nidá. Esta impureza no es la misma impureza ritual relacionada con las ofrendas que se hacían en la época del Bet Hamikdash, sino que es tan sólo la prohibición de que un hombre tenga contacto físico o intimo con su mujer, como se aclarará más adelante en las Leyes de Separación. La sangre de nidá impurifica a la mujer, aunque haya salido por causa de un factor externo. Por esta razón, una mujer a la que le sale sangre por hacer un esfuerzo físico, por saltar, o por sentir una emoción, se vuelve nidá. Asimismo, una mujer que ve sangre como consecuencia de una revisión o un tratamiento médico, se vuelve nidá. También hay casos en los que la mujer se vuelve nidá como consecuencia de un tratamiento o de la revisión, a pesar de que no haya visto sangre: si se le abrió la matriz; esto se debe a la regla que dice que es imposible que se abra la matriz sin que salga sangre. Por lo anterior, una mujer que es tratada o revisada por un médico en los días en los que está permitida para su esposo, y como consecuencia de este procedimiento le sale sangre, debe preguntarle al médico de dónde salió la sangre y consultar con una autoridad rabínica para que se determine lo que debe hacer. Si la sangre no salió de la matriz, sino de un rasguño en la vagina o algo similar, la mujer queda permitida para su esposo, y este asunto será tratado con amplitud a continuación. Si una mujer es tratada o revisada por un médico en los días que está permitida para su esposo, y no ve nada de sangre, y la revisión es tan sólo en el área de la vagina (por ejemplo, con la ayuda de un espéculo), sin que ningún instrumento haya sido introducido en el cuello del útero, no se vuelve nidá, ya que la matriz no fue abierta. Si la revisión o el tratamiento se hacen en la matriz, y provocan que el cuello del útero se abra menos de 3 milímetros de diámetro, sin sangrado, la mujer queda permitida para su esposo. Pero si se abre hasta tener un diámetro de 3 milímetros o más, la mujer se vuelve nidá, aunque no le haya salido nada de sangre, a menos que el médico afirme que esa es la medida natural de la apertura del cuello de su útero. Por lo tanto, si él introduce un instrumento a la matriz o al cuello del útero, la mujer debe preguntarle las dimensiones del instrumento, hasta donde lo introdujo, si salió sangre y de dónde salió. El médico es considerado confiable según la halajá y con base en su respuesta se debe consultar a una autoridad rabínica, pues sólo es confiable con respecto a los asuntos médicos, pero no con relación a los halájicos. En las revisiones o tratamientos como la prueba del PAP, la radiografía de la matriz, la prueba de HEGAR, la cateterización de la trompa, la histeroscopia y otros tratamientos similares, hay que hacer las averiguaciones necesarias con el médico y consultar el asunto con una autoridad rabínica. De la misma forma se debe actuar con respecto a la laparoscopia u otras técnicas quirúrgicas que permiten ver la cavidad pélvica abdominal con la ayuda de una lente óptica. De ser posible, es recomendable llevar a cabo esos tratamientos durante los días en que la mujer está nidá (cuando su menstruación está por terminar, antes de que se haga la revisión del hefsék tahará), pues de esa manera, aunque le salga sangre de la matriz, no habrá problema porque de cualquier manera está nidá. |
Revisiones médicas que pueden impurificar a la mujer
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