Pregunta:
¿Cuándo se puede purificar una mujer después de dar a luz?
Respuesta:
Impurificación por el parto
Está escrito en la Torá: “Cuando una mujer conciba y dé a luz un hijo varón, será impura por un lapso de siete días, como en los días de su flujo menstrual será impura… por un lapso de treinta y tres días ella permanecerá en la sangre de purificación… y si da a luz a una hija, será impura durante dos semanas, al igual que durante los días de su flujo menstrual; y durante sesenta y seis días permanecerá en la sangre de purificación” .
Según la ley de la Torá una mujer que da a luz a un varón se vuelve impura por siete días, aunque no vea sangre del todo. Después del séptimo día, ella debe sumergirse en una mikve para purificarse, y queda pura los siguientes treinta y tres días (comenzando a partir de la finalización de los primeros siete), a pesar de que encuentre sangre en esos días. En cambio, una mujer que da a luz a una niña se vuelve impura por dos semanas, al cabo de las cuales se puede purificar sumergiéndose en una mikve, y queda pura por sesenta y seis días, aunque encuentre sangre en esos días. Las mismas reglas que aplican con respecto a la mujer que da a luz a un varón aplican a la que da a luz a una niña, con excepción del número de días.
Una mujer que da a luz en los días en los que está zavá debe contar siete “días limpios” por causa de su impureza de zavá, además de los días de impureza por causa del parto. Los días de impureza de zavá pueden coincidir en algunas ocasiones con los de la impureza por causa del parto.
Hoy en día, las mujeres de Israel son rigurosas consigo mismas, y aunque vean solamente que les sale de su cuerpo una gota de sangre cuentan “siete días limpios” para poder purificarse en la mikve. Esto aplica también después del parto: deben contar “siete días limpios”, como las mujeres que dan a luz cuando están en estado de zavá. Algunas veces pueden darse coincidencias en la cuenta de estos días. Por ejemplo: si una mujer da a luz a un varón el primero del mes hebreo, y termina de sangrar, puede hacerse la revisión del hefsék tahará el día cinco del mes antes del anochecer, y el día seis se considera como el primero de los “siete días limpios”; en la noche del día trece puede sumergirse en la mikve y queda permitida para su esposo. Esta inmersión la purifica tanto de la impureza por el parto, que termina el día ocho del mes, como de su impureza regular, que termina el doce del mes.
Si ella estaba nidá antes del parto, puede contar los cinco días previos a los “siete limpios” a partir del momento en el que se impurificó, siempre y cuando no haga la inmersión antes del octavo día del mes.
Si el primero del mes hebreo da a luz a una niña y termina de sangrar, puede hacerse la revisión del hefsék tahará el quinto día del mes antes del anochecer y contar los “siete días limpios”, pero no puede sumergirse en la mikve en la noche del trece, ya que la impureza por causa del parto todavía no ha concluido. En cambio, ella debe esperar hasta que termine el día catorce para luego sumergirse en la mikve . Esta inmersión la purifica de su impureza regular y de la del parto. Si ella se sumerge en la mikve antes del día catorce, contado a partir del parto, la inmersión es inválida y debe hacerla de nuevo después de que concluyan los cuarenta días.
Si continúa sangrando y no puede hacerse la revisión del hefsék tahará, no puede sumergirse en la mikve cuando concluyan los días de la impureza por causa del parto. En lugar de esto, ella tiene que esperar hasta que deje de sangrar para hacerse una revisión de hefsék tahará, contar “siete días limpios” y, sólo entonces, podrá sumergirse en una mikve.
Hoy en día, por lo general, el sangrado posterior al parto dura varias semanas y, únicamente después de que éste termine, la mujer puede comenzar el proceso de purificación. |