Pregunta:
¿Se puede hacer hagalá la plata de Shabat?
Respuesta:
La kasherización de un utensilio por medio del proceso de hagalá con agua hirviendo, está destinada para aquellos utensilios que se usan normalmente con calor y líquido, por ejemplo: ollas, cucharones, platos, recipientes, cucharas, tenedores y todo utensilio que normalmente se utiliza con líquidos que están hirviendo.
Antes del proceso de hagalá, hay que limpiar los utensilios de modo que no les quede ninguna suciedad ni óxido. No hace falta quitar aquellas manchas que no son sustanciales.
Si el utensilio tiene orificios o grietas y no se pueden limpiar bien, hay que quemar esos lugares para que el jametz que esté allí dentro se queme, y luego se puede proseguir con el proceso de hagalá con agua hirviendo. Si no se pueden limpiar bien los orificios y las grietas, y tampoco se les puede pasar fuego, no se pueden kasherizar esos utensilios (Shulján Aruj 451:3; Ramá ibíd., inciso 4).
A todo utensilio que le funciona el proceso de hagalá para hacerlo kasher, se le puede hacer un libún kal (sencillo) en lugar de hacerle hagalá, es decir, se debe calentar el utensilio por todos lados hasta que llegue a una temperatura tan caliente que si se le colocara una paja del otro lado se quemaría (Ramá, ibíd.). Se puede hacer el proceso de libún por partes, es decir, pasar por el fuego una parte del utensilio y luego otra parte, teniendo cuidado de que no vaya a quedar nada de él sin pasar por el fuego.
¿Cómo se hace la hagalá? Se introduce todo el utensilio en una olla grande llena de agua hirviendo al grado que borbotee, y se deja el utensilio allí sumergido un poco de tiempo, para que expida todo lo que haya absorbido, y de esta manera el utensilio queda kasher para Pesaj (Shulján Aruj 451:3,5,6; Shulján Aruj 452:7).
Se acostumbra enjuagar los utensilios en agua fría después de haberles hecho la hagalá (ibíd. inciso 7; Kaf Hajaím, ibíd. inciso 74). En caso de que no se haya enjuagado con agua fría, bediavad no hay problema (Kaf Hajaím ibíd. inciso 75; Mishná Berurá ibíd. inciso 34).
Si un utensilio tiene orificios que no se pueden limpiar, se les debe hacer libún con fuego en ese lugar, y principalmente se debe hacer esto en las agarraderas de las olla. Si están atornilladas, es necesario desarmarlas. Si no es posible hacerlo, no se le puede hacer hagalá (Ramá 451:3).
Es bueno dejar de utilizar los utensilios a los que se les va a hacer hagalá 24 horas antes del proceso. En principio se debe hacer el proceso de hagalá durante el horario en el que todavía está permitido comer jametz, y no hay que esperar hasta el último momento para hacerlo, ya que después del horario en el que el consumo del jametz está prohibido, las leyes con respecto a la hagalá son más severas (Shulján Aruj y Ramá 452:1-2).
Sabor arruinado: Es recomendable dejar tierra, un poco de jabón o algo similar dentro del utensilio al que se le hace el proceso de hagalá para arruinar el sabor del agua. No obstante, no hay que colocar mucha cantidad, ya que si el agua se torna espesa, aunque sea por causa de la tierra o del jabón, no sirve para hacer la hagalá (véase Kaf Hajaím ibíd. 57- 58).
Agua hirviendo: No se debe hacer la hagalá más que en agua hirviendo, y si el agua deja de hervir, hay que esperar a que vuelva a hervir, o hay que colocar dentro del agua una piedra ardiendo o un metal ardiente que provoquen que el agua hierva de nuevo (Ramá ibíd. inciso 1; Shulján Aruj ibíd. inciso 6).
Con respecto a una plata se le puede verter agua hirviendo encima y de todas maneras es recomendable cubrirla con papel aluminio antes de usarla. O también encenderla como media hora para que se considere que se limpia igual que como se ensució. |