Pregunta:
¿Qué pasa si se encendieron las velas y se apagaron? ¿Cuál es el tiempo mínimo que deben estar encendidas?
Respuesta:
Hay que tener cuidado de que las velas tengan el aceite necesario para que se mantengan encendidas por lo menos media hora. Y si alguien enciende con velas de parafina, debe tener cuidado que sean lo suficientemente grandes para permanecer encendidas durante este tiempo. Es preferible que puedan mantenerse encendidas por más tiempo que el establecido (pero no deben ser demasiado largas, véase Mishná Berurá 672:6; Kaf Hajaím, ibíd., inciso 18).
Si a la hora de encender las velas no había suficiente aceite para que puedan mantenerse encendidas media hora, no se deben encender hasta colocar la cantidad necesaria. Y si alguien bendijo y encendió las velas y sólo después se percató de que no había aceite suficiente, debe apagar las velas, aumentar aceite, y volver a encenderlas, pero sin bendecir de nuevo, ya que “el encendido hace la mitzvá” (Ben Ish Jai, Vayeshev 8; véase Shulján Aruj 675:2; Perí Jadash, ídem.; Mishná Berurá inciso 8).
Si alguien sabe que no podrá encender a tiempo, puede adelantarse y encender desde el horario de pelag haminjá, con la condición de que ponga suficiente aceite para que las velas permanezcan encendidas hasta media hora después de que salgan las estrellas. Es mejor encenderlas a partir del horario de pelag haminjá que hacerlo media hora después de la salida de las estrellas. Pero antes del horario de pelag haminjá no se deben encender, y si alguien lo hace, debe apagarlas y volver a encenderlas después de ese horario, y bendecir de nuevo (Ben Ish Jai, Vayeshev 8).
Si alguien enciende las velas y sin querer se le apagan, y no las vuelve a encender, no debe ingresar la janukiá a la casa hasta que pase el horario del encendido, por la sospecha que puede despertar en los transeúntes (Kaf Hajaím).
Si se encendieron las velas y se apagaron
En el caso de alguien que encendió las velas y el viento las apagó, si en un principio las colocó en un lugar donde sopla el viento, no cumplió con su obligación, y debe colocarlas en un lugar adecuado y volver a encenderlas sin bendecir de nuevo; pero si las colocó en un lugar donde no sopla el viento y se apagaron, no hace falta encenderlas de nuevo y cumplió con su obligación. La persona que quiere ser más rigurosa y encenderlas de nuevo, debe hacerlo sin bendecir otra vez (Ben Ish Jai, Vayeshev 9; Maguén Abraham; véase el Gaón; Kneset Haguedolá).
Si alguien quiere arreglar las velas y sin querer las apaga, no está obligado a encenderlas de nuevo, pero es preferible que lo haga sin bendecir por ellas. Si alguien apaga intencionalmente las velas antes del tiempo mínimo que deben permanecer encendidas, debe encenderlas de nuevo sin bendecir otra vez (Shut HaRashbá, y véase Shulján Aruj 673:2).
Si alguien enciende las velas después del horario de pelag haminjá (lit. ‘mitad de la minjá’, una hora y cuarto antes del comienzo de la noche) en un lugar donde hay viento, y se apagan antes de la hora en la que salen las estrellas: en un día entre semana, hay que encenderlas de nuevo sin bendecir otra vez; en la víspera de Shabat, que todas las personas encienden las velas antes de la puesta del sol, no hay obligación de encenderlas de nuevo (hay quienes discrepan de esta opinión y afirman que si se apagan antes de que la persona haya recibido Shabat o si la mujer es la que las enciende, y se apagaron antes de que ella encienda las velas de Shabat, debe encenderlas de nuevo. Y dado que existe una discusión al respecto, lo correcto es volver a encenderlas sin bendecir (véase Shulján Aruj 673:3 y Taz, ídem.; Mishná Berurá inciso 27).
En estos casos en los que hay que encender de nuevo sin bendecir, aunque otra persona encienda en su lugar, debe hacerlo sin bendecir.
Si una mujer encendió las velas de Shabat y recibió con ello el Shabat, y ella es la que en su casa enciende las velas de Janucá, puede pedirle a otra persona que no haya recibido Shabat, que encienda por ella. Asimismo, un hombre que recibió Shabat, puede pedirle a otra persona que no haya recibido Shabat, que encienda por él. En este caso, que el que tiene la obligación de encender las velas de Janucá se olvidó por completo de hacerlo y sólo se acordó después de recibir Shabat, pero todavía hay tiempo para encenderlas, debe pedirle a alguien que no haya recibido Shabat que las encienda por él con sus respectivas bendiciones (véase Shulján Aruj 263:17). |