Pregunta:
¿Qué se hace en caso de bendecir en vano y en qué se diferencia de una bendición en vano de una innecesaria?
Respuesta:
Está permitido rezar y alabar a Hashem en todo idioma y en todo momento que se desee, y en el marco de estas plegarias se permite pronunciar Sus Nombres Sagrados, empero se prohíbe recitar una bendición en vano. ¿Qué es una bendición en vano? Cuando se la recita en un momento inoportuno, por ejemplo, si se recita “Hamotzí” sin ingerir pan o “Birkat Hamazón” sin haberlo comido. Asimismo, quien bendijo “Hamotzí”, comenzó a ingerir pan y luego vuelve a recitar la misma bendición, dado que ya había cumplido con su deber en el primer recitado, la segunda bendición pronunciada resultó ser en vano. Otro tanto ocurre en el caso de quien ingirió pan y recitó Birkat Hamazón, en caso de volver a hacerlo habrá pronunciado una bendición en vano.
Si bien en la práctica, al recitar una bendición en vano se alabó y agradeció a Hashem, y todo lo que se dijo es verdadero y fue dicho en honor a Hashem, de todas maneras, dado que nuestros Sabios establecieron que se recite la bendición bajo determinadas circunstancias y en la práctica quien la recitó no se atuvo a las condiciones fijadas incurrió en una trasgresión de una norma rabínica. Esto se asemeja a quien pronuncia un juramento en vano, por ejemplo, si jura que “el cielo es cielo” si bien no dijo ninguna mentira, dado que empleó un formato de juramento para expresar un enunciado por todos conocido que resulta innecesario juramentarlo, trasgrede una prohibición de la Torá, tal como está escrito (Shemot 20:6): “No dirás el Nombre de Hashem en vano”. Asimismo, quien recita una bendición en un momento no indicado deja sin efecto su intención original, ya que los sabios establecieron que se diga el texto consagrado de la misma que contiene un agradecimiento al Creador, y al recitarse fuera de lugar se desprecia esta intención y se pronuncia en vano. Sin embargo, dado que el recitado de las bendiciones fue establecido por nuestros sabios, quien las recita inoportunamente trasgrede una norma rabínica. Y hay quien sostiene que quien recita una bendición en vano trasgrede una norma de la Torá.
En el caso de quien por error recita una bendición en vano debe decir de inmediato: “Baruj Shem Kevod Maljutó Leolam Vaed”. Esto implica una cierta reparación al daño ocasionado pues al pronunciar estas palabras se reduce en parte la profanación del Nombre Celestial ocasionada por la bendición en vano. Si recitó “Baruj Atá Hashem” y en ese momento recuerda que no debe bendecir, que concluya con las palabras “Lamdeni Jukeja”, ya que de esa manera habrá recitado un versículo completo de uno de los salmos (119:12) y por lo tanto no habrá incurrido en una bendición en vano (Shulján Aruj 206:6).
Además de la prohibición del recitado de una bendición en vano, se prohíbe también causar el recitado de una bendición innecesaria. Por ejemplo, quien desea ingerir una pera y una manzana, dado que ambas frutas requieren del recitado de la misma bendición se debe decir una sola antes de ingerirlas y una sola después de hacerlo. Y si tras concluir la ingestión de la manzana recita la bendición final correspondiente “Boré Nefashot” a los efectos de tener que recitar nuevamente “Boré Pri Haetz” y “Boré Nefashot” por la pera, resulta que se puso en una situación que le demandó recitar dos bendiciones. Está prohibido actuar de esta forma, ya que la bendición es algo preciado y sagrado, si se recita por ser necesaria incrementa el bien prodigado por Hashem, pero si se recita innecesariamente pasa a ser algo carente de importancia y no valorado por las personas.
Sin embargo, se trata de una prohibición más leve y, por lo tanto, en caso de que una persona dude en cuanto a bendiciones y si recita una más superará su duda, podrá optar por su recitado. Por ejemplo, cuando resulta claro que un determinado alimento es secundario respecto de otro, se recita una bendición separada por el principal y se incluye en esta al secundario, mientras que si recita una bendición por el alimento secundario y otra por el principal se habrá incurrido en una prohibición por cuanto que se causa el recitado de una bendición innecesaria. No obstante, en caso de duda respecto de si un alimento es efectivamente secundario respecto de otro, es preferible que en principio se ingieran ambos alimentos por separado para recitar por cada uno la bendición correspondiente. Y si bien al ingerirlos separadamente la persona se ve a sí misma en una situación en la cual debe recitar dos bendiciones, no incurre en la prohibición de recitar una bendición innecesaria, ya que lo hace para salir de duda. |