Pregunta:
Mi esposo tiene que salir de viaje el jueves y a mi me toca ir a la tevilá el viernes en la noche. El regresa poco tiempo antes de que yo menstrúe de nuevo. ¿
Hay forma de adelantarse? ¿Se puede atrasar? ¿Hay diferencia si estoy tomando pastillas anticonceptivas?
Es una mitzvá para la mujer sumergirse en la mikve en su debido tiempo si su esposo se encuentra en la ciudad, para que de esa manera no anule el precepto de reproducirse (perú urebú) ni una sola noche. Este asunto es de suma importancia. Yehoshua bin Nun recibió el castigo de no tener hijos por haber impedido, sin mayor necesidad, que el pueblo de Israel cumpliera con esta mitzvá una noche. Dado que sumergirse en el momento indicado es una mitzvá para la mujer, no debe postergarla. Si tiene una riña con su esposo, deben conciliarse entre ellos; esto los llevará a que haya amor y cercanía entre ellos, y luego ella podrá hacer su inmersión. Ella no debe postergar su inmersión por causa de la riña, pues eso puede aumentar las llamas del pleito.
A pesar de que la mujer no esté en estado de poder cumplir con el precepto de reproducirse, como por ejemplo, si está embarazada, menopaúsica o no puede embarazarse por algún otro motivo, también es una mitzvá que se sumerja en su debido tiempo, pues de esa manera puede cumplir con la mitzvá del deber conyugal.
Si una pareja ya cumplió con la mitzvá de reproducirse, es decir, si ya tuvieron un hijo y una hija, pueden postergar la mitzvá del deber conyugal temporalmente, siempre y cuando ambos estén totalmente de acuerdo. Sin embargo, si no han cumplido con la mitzvá de reproducirse, sólo pueden postergarla de manera temporal si él o ella están enfermos, si ella dio a luz recientemente, o por una razón similar.
A la mujer también le corresponde cumplir la mitzvá de sumergirse en su debido tiempo cuando su esposo no está en la ciudad, ya que existe la posibilidad de que él regrese y ella aún esté nidá. Una mujer que tiene miedo de sumergirse en la mikve cuando su esposo no está en la ciudad por causa de malos espíritus o algo similar, puede dormir con un libro de tehilím o con un cuchillo (bien envueltos) debajo de la almohada; o puede dormir con un bebé, ya que todas estas acciones son una protección contra los malos espíritus. Si ella coloca un libro de tehilím debajo de la almohada, debe tener cuidado de no colocarlo directamente debajo de su cabeza. En Shabat, ella no debe hacer la inmersión cuando su esposo esté fuera de la ciudad.
El tiempo ideal para hacer la inmersión es cuando concluye el séptimo de “los siete días limpios”. Después de que la mujer se hace la limpieza, debe revisarse el cuerpo y el cabello por medio de la vista y el tacto, retirar cualquier cosa que se pueda considerar jatzitzá (enumeradas en el capítulo anterior) y luego proceder a la inmersión en la mikve a la hora en la que salen las estrellas (tzet hakojavím). (En Israel, por lo general, esto ocurre veinte minutos después de la puesta del sol). Ella no debe sumergirse en la mañana del “séptimo día limpio”, ya que no ha completado la cuenta de “los siete días limpios” y existe el riesgo de que vaya a menstruar después de sumergirse, antes del anochecer, lo cual invalidaría la inmersión retroactivamente. Por lo tanto, ella debe esperarse hasta que salgan las estrellas para poder hacer su inmersión.
En situaciones de apremio ella puede sumergirse en la mikve después de la puesta del sol, pero no debe llegar a su casa hasta después de la hora en la que salen las estrellas. A pesar de que fue escrita esta permisión, no debe ser llevada a cabo sin consultarle antes a una autoridad rabínica.
Ya que la mujer no debe sumergirse en la mikve antes de que concluya el séptimo día, nuestros Sabios decretaron que ninguna mujer debe sumergirse durante el día, aunque se trate del día octavo, es decir, el día que le sigue a “los siete días limpios”. ¿Por qué? Para que la hija de una mujer u otra mujer no vayan a verla sumergiéndose de día, sin saber que se trata del octavo día, y por error concluyan que en la mañana del séptimo día también se puede hacer la inmersión; para evitar tal sospecha, nuestros Sabios decretaron que todas las mujeres deben sumergirse en la mikve de noche, tanto si lo hacen en el séptimo de “los siete limpios” como si lo hacen el octavo o después.
Una mujer que no puede hacer la inmersión de noche, como cuando ella vive muy lejos de la mikve y es peligroso viajar de noche, o si el sumergirse en la noche puede provocarle que se enferme por el frío, o si sus vecinas o sus hijos van a notar que fue a hacer la inmersión o algún caso similar, tiene permitido sumergirse de día, pero sólo el octavo día o después; ella no debe sumergirse de día bajo ninguna circunstancia antes de concluir “los siete días limpios”, ya que eso es más grave que sumergirse en el octavo día.
En caso de que ella haga la inmersión durante el octavo día, no debe encontrarse con su esposo hasta después del anochecer. Si no tiene otra opción, por ejemplo, si en la noche cierran los portones de la ciudad o algo por el estilo, tienen permitido estar juntos en su casa pero no a solas. En un caso así, es conveniente que el esposo se vaya de la casa hasta la hora en la que salen las estrellas. Asimismo, cuando una mujer hace su inmersión el viernes en la noche, poco después de la puesta del sol, no debe volver a su casa hasta que sea de noche, a menos que su esposo no esté en la casa. Si una mujer transgrede y se sumerge en la mikve en el séptimo o el octavo día en la mañana, la inmersión es válida; sin embargo, si lo hizo en el séptimo día, según algunas autoridades rabínicas ella debe repetir la inmersión, y de ser posible, debe ser rigurosa y volver a sumergirse cuando llegue la noche |