Pregunta:
¿Desde que edad se debe comenzar a educar a los niños a vestirse recatadamente?
Respuesta:
Fue dictaminada la ley en el Shulján Aruj (Oraj Jaim 75:1) que está prohibido decir una bendición delante de una mujer que tiene descubierto un tefaj (Medida de longitud que representa el largo de un puño cerrado, equivalente a 8 cm.) alguna parte de su cuerpo que debe estar cubierta. La Mishná Berurá en el Biur Halajá escribió que desde la edad de tres años en adelante ya está prohibido bendecir delante de un tefaj descubierto.
No obstante, el Jazón Ish (capítulo 16 divur hamatjil “katav hamishná berurá”) escribió que debido a que toda esta prohibición se debe a que eso puede generar pensamientos ilícitos o distracción en la persona que enuncia la bendición, se puede ser permisivo al respecto si la niña todavía es tan pequeña que los hombres no tienen pensamientos ilícitos por causa de mirarlas. Y escribió el autor del libro Hamatok Midbash (keter hatzniut cap. 50) que todo esto fue dicho con respecto a bendecir, pero los padres deben educar a sus hijas por los caminos del recato para cumplir el precepto del jinuj (educar a los hijos al cumplimiento de las mitzvot), pues de no educarla cuando es pequeña, cuando ella madure podrá causar tropiezos por la falta a la que se malacostumbró cuando era niña, así que la obligación de instruirlas recae desde antes (véase Minjat Itzjak tomo 2 inciso 108). Asimismo hace esta distinción entre pronunciar una bendición y la obligación de educar a las niñas el Gaón Rav Jaim Kanievski shlit”a, de acuerdo con la opinión del Jazón Ish.
En el libro Jinuj Israel (cap. 3) está escrito que una vez alguien entró con su hija pequeña de 3 años a la oficina del Jazón Ish y ella no estaba vestida recatadamente, y el Jazón Ish lo reprochó y le pidió que se saliera, pues no se educa a las niñas a ir vestidas de esa manera.
El Shlá Hakadosh se extendió sobre este asunto (Shaar haotiot erej derej eretz) y cita el versículo que dice “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Mishlé 22:6) y explica a continuación: hay que comenzar a instruirlo cuando todavía es pequeño por dos motivos: 1) porque dijeron nuestros Sabios (Tratado de Shabat 152a) “todo lo que adquiere el niño en su alma cuando es pequeño se le queda impregnado para toda su vida”.
2) Porque cuando el padre comienza a reprochar a su hijo con el mazo de la moral y con el temor mientras todavía es pequeño, inculcará en él un reproche manifiesto y un amor oculto, y estará siempre educado al temor de su padre y será una persona temerosa, porque escuchara el reproche de su padre y así incluso cuando sea viejo, etc.
Y las madres están obligadas a reprochar a sus hijos al igual que los padres, y aún más, ya que ellas se encuentran con más frecuencia en la casa que ellos, etc. y en el Tratado de Berajot (17a) está escrito que es más grande la promesa que Hashem les hizo a las mujeres que a los hombres, como dice el versículo (Yeshayahu 32:9): Mujeres sosegadas, levantaos y escuchad Mi voz; hijas seguras, atiendan Mi declaración”.
El Rey Salomon dijo en Mishlé (1:5): “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre”; dijo “madre” específicamente porque ella es más adecuada que el padre para educar a los hijos por el camino de la Torá. En especial en nuestra época no se puede triunfar en la educación de los hijos, principalmente con relación al recato, a menos que se haga mediante suaves caminos y explicando apaciblemente y con el cariño de una madre.
En síntesis: todo el tiempo que no pueda generar tropiezos por causa de su tierna edad no hay una obligación, no obstante por un tema de acostumbrar a los niños a comportarse recatadamente vale la pena comenzar desde que son muy pequeños para que cuando sean grandes estén acostumbrados a las buenas cualidades. |