Pregunta: ¿Quién se considera alguien que sufre que etsá exento de la mitzvá de sucá? ¿Si estoy recién casado y quiero estar con mie esposa me considero exento?
Respuesta: Una persona que sufre porque esta incomodo en la Sucá, está exento de la mitzvá, con excepción de la primera noche (o las dos primeras noches en la diáspora). Esto significa que la persona sufre por el frío, por el viento por el mal olor o algo similar. Asimismo, si se apaga la luz de la Sucá en Shabat y le es muy difícil ir a comer a la Sucá de su amigo o si no hay un Eruv para poder llevar la comida a la Sucá de su amigo, puede comer en su casa, en un lugar donde haya luz. Pero en la primera noche, hay que hacer el esfuerzo de comer en la Sucá, aunque sea un kezait de pan. Esto sólo aplica cuando la persona construyó su Sucá debidamente desde un principio, pero ocurrió un imprevisto que provocó que esté incomodo al comer o al dormir en ella, pero si desde un principio hizo su Sucá en un lugar con mal olor o en un lugar donde tiene miedo de dormir, hay quienes opinan que esa Sucá es inválida incluso para comer de día. Hay quienes opinan que bediavad es válida, y esa es la costumbre (Shulján Aruj y Ramá ibíd. 4. Kaf Hajaim ibíd. 33).
Dolor de cabeza: Una persona que sufre en la Sucá está exenta de la mitzvá, siempre y cuando en su casa no va a seguir sufriendo, pero si alguien sufre de dolor de cabeza, también en su casa le seguirá doliendo, así que no se exenta de la Sucá por eso (Ben Ish Jai, Haazinu 12 ).
Mal olor o mosquitos: Si alguien sufre en la Sucá por causa de mal olor o de los mosquitos, está exento de estar en la Sucá. No obstante, si sólo hay pocos mosquitos, no se considera que sufre por ello, pues también en las casas a veces hay mosquitos y las persona no se salen de sus casas por eso (Ajaronim).
Alguien que esta apretado en su Sucá: Asimismo, alguien que le es difícil entrar a la Sucá porque está lejos de su casa y no tiene la comodidad a la que está acostumbrado, no se considera que sufre por la Sucá y no está exento de cumplir la mitzvá (Ramá ibíd. inciso 4).
Novio: Un novio que invita gente a comer y a alegrarse con él, y en la Sucá no hay lugar para todos, en principio están exentos de la mitzvá de Sucá, sin embargo hoy en día la costumbre es estar dentro de la Sucá incluso en esa situación.
Un hijo que su padre está sufriendo por su causa, porque el padre se preocupa que su hijo se va a resfriar en la Sucá, el hijo está exento de sentarse en la Sucá.
Cuando llueve: Cuando llueve uno está exento de estar en Sucá. ¿Cuánta lluvia tiene que caer para exentarse de la Sucá? Si la lluvia cae dentro de la Sucá de manera que si cae en la comida esta se va a estropear, está exento de la Sucá (Shulján Aruj 639:6).
Si alguien comenzó a comer en la Sucá, luego comenzó a llover, se metió a su casa y continuó comiendo allí, o si por causa de la lluvia comenzó a comer dentro de la casa y luego dejó de llover, puede terminad de comer en su casa y no está obligado a interrumpir la comida e irse a la Sucá; pero si no ha empezado a comer, debe irse a la Sucá (Shulján Aruj ibíd. inciso 6; Mishná Berurá incisos 36 y 38; Kaf Hajaím inciso 82).
Cuando hace mucho calor: Si hace más calor de lo habitual, y eso provoca gran sufrimiento al estar sentados en la Sucá, es recomendable colocar un ventilador o algo similar, como cuando alguien tiene calor en su casa. Si hace mucho calor y no es posible estar allí ni con un ventilador, hay que salir de la Sucá, pero hay que hacerlo cabizbajos (Tratado de Avodá Zará 3b).
Cuando hace mucho frío: Si la comida se congela dentro de la Sucá, uno está exento de la mitzvá, pero esto no ocurre en la Tierra de Israel (Kaf Hajaím 639:68).
El que sale de la Sucá: Si alguien tiene que salir de la Sucá por causa de la lluvia o algo similar, debe hacerlo con tristeza, como un esclavo que le sirve una copa de vino a su amo y éste se la arroja en la cara. Si alguien se queda en la Sucá aunque esté lloviendo, se considera un tonto y no recibe recompensa por estar en la Sucá. En dado caso no tiene permitido bendecir “leshev basucá” pues se considera una bendición en vano (Ramá 639:7).