Pregunta: ¿Qué significa que la voz de la mujer es una desnudez? ¿Es prohibido escuchar a una mujer del todo? ¿Si escucho la voz de una mujer tengo prohibido rezar?
Respuesta: La voz de una mujer cantando, ya sea casada o soltera, joven o vieja, bella o fea, e incluso su propia esposa cuando está nidá, se considera desnudez. A un hombre le está prohibido escucharla, y más aún, tiene prohibido recitar el Shemá, estudiar Torá y rezar cuando escucha su voz. Está prohibido escuchar la canción de una mujer en el radio, en un disco o algo similar . El hombre debe tener cuidado de no estudiar Torá, rezar o recitar el Shemá cuando su esposa le canta una canción de cuna al bebé o algo por el estilo, aunque ella esté pura, porque eso le causa distracción .
Una niña menor de seis años que le canta a un bebé no se considera desnudez, y un hombre puede decir palabras sagradas mientras la oye cantar .
Aunque esté prohibido decir palabras sagradas junto a mujeres cantando, si alguien las oye y no tiene la posibilidad de irse a otro lado a estudiar, puede estudiar palabras de Torá mentalmente, e incluso puede leer un libro sagrado, pero debe tener cuidado de no expresar nada con la boca. Además, si existe la preocupación de que pierda el horario del Shemá por esperar a que dejen de cantar, debe recitarlo antes de la última hora. Todo esto sólo debe hacerse en circunstancias apremiantes .
Hay una autoridad que es estricta en cuanto a escuchar a una mujer contando una historia o diciendo una conferencia y demás, dado que opina que también así se cumple: “La voz de una mujer se considera desnudez”. Sin embargo, si se trata de enunciados cortos, especialmente cuando son para fines comerciales, no son motivo de preocupación .
Es correcto y apropiado que toda mujer sensata y con temor al Cielo, tanto casada como soltera, no cante en presencia de hombres que no sean miembros de su familia inmediata . Del mismo modo, debe tener cuidado de no cantar “Canciones de Shabat” en presencia de hombres: “sólo sus labios se movían, pero su voz no se oía” .
Nuestros Sabios dijeron que un hombre debe ser cuidadoso con respecto al recato, y no debe preguntarle a la esposa de su amigo cómo está ella. “No se le debe preguntar a las mujeres cómo están, incluso a través de un emisario, y está prohibido enviarle saludos, aun con su esposo. Sin embargo, está permitido preguntarle a un esposo cómo está su esposa” (Shulján Aruj, Even Haezer, 21:6). Un hombre no debe enviarle saludos a una mujer, ya que esto crea una cercanía espiritual. Todos aquellos que toman esto a la ligera pueden dar testimonio de los terribles resultados de ignorar esta halajá. Un hombre puede decirle a su amigo: “Mi esposa le envía saludos a tu esposa”. Esta es una manera recatada de actuar, pero no para crear una relación de intimidad entre un hombre y una mujer, incluso si él no habla directamente con ella ni la ve frente a sus ojos. La cercanía mental que él tiene con relación a ella, y la que ella tiene con relación a él, perjudica la entidad más importante del hogar de una persona: la pureza de corazón. Esto daña el fuerte vínculo emocional que debe existir entre esposo y esposa. Cuando ella piensa en otro hombre, y cuando sabe que ese hombre, que no es su pariente, piensa en ella, el vínculo limpio y puro entre ella y su esposo se daña, y ¿quién sabe cuál puede ser el resultado? Por lo tanto, una persona debe tener cuidado con lo que habla. El recato no sólo es en la vestimenta y en las acciones. También incluye el pensamiento y el habla. Esta es una de las cualidades que una persona debe adquirir para su alma. (Extraído de una de las lecciones del Rav, Parashat Pinjas 5769, Kol Tzofaij.)
Está escrito en el Shulján Aruj (Even Haezer 21:5): Está prohibido obtener un servicio de cualquier mujer, ya sea vieja o joven, sea una sirvienta o una mujer libre, para evitar tener pensamientos pecaminosos, etc. Dice el Ramá: Algunas autoridades dicen que un hombre tiene prohibido comer del mismo plato que una mujer prohibida para él, al igual que le está prohibido comer del plato de su esposa cuando está nidá; otras autoridades son permisivas al respecto y sostienen que los Sabios sólo prohibieron los asuntos afectuosos con la propia esposa cuando está nidá; otras opinan que esta prohibición únicamente rige en un lugar privado, pero si es en presencia de muchas otras personas, lo permiten, y esa es la costumbre; y otras opiniones afirman que, mientras no lo haga por afecto, sino por honor del Cielo, está permitido , por lo que la costumbre es ser permisivos con relación a estos asuntos. Sin embargo, nuestra costumbre es no ser permisivos.