Pregunta:
¿Las mujeres tienen obligación de rezar Arvit? ¿Y la lectura del Shemá? ¿Hasta qué hora pueden hacerlo?
Respuesta:
Hay una obligación de la Torá de recitar el Shemá en la noche y en la mañana, tal como está escrito en las dos primeras secciones del mismo, “Shemá Israel y Veahayá Im Shamoa”, “al acostarte y al levantarte”. Asimismo es una obligación recordar la salida de Egipto de noche y de día, tal como está escrito (Devarim 16:3): “Para que te acuerdes siempre del día en que saliste de la tierra de Egipto, todos los días de tu vida”. Del hecho que está escrito “todos los días” nuestros Sabios aprendieron que es obligación recordar La salida deEgipto de día y de noche (Mishná Berajot 12:2). A estos efectos se recita también el tercer párrafo del Shemá, “Vaiomer”, donde se menciona la salida de Egipto.
Este tercer pasaje es la porción que habla con respecto a la mitzvá del tzitzit, precepto que sólo se aplica de día, siendo un pasaje básicamente matutino; y aunque en realidad, se podría recordar la salida de Egipto por las noches mediante otros versículos, de todas maneras como éste párrafo es muy conocido por todos, se acostumbró a leerlo como recordatorio de la salida de Egipto también por las noches (Tosafot Yom Tov en la Mishná Berajot ibíd.). Además, el párrafo de “Vaiomer” junto a los dos primeros de “Veahavta y de Vehayá” suma doscientas cuarenta y ocho palabras, y los tres pasajes implican la aceptación completa del Yugo Celestial.
Los sabios de la Gran Asamblea establecieron que se reciten dos bendiciones antes del Shemá y dos bendiciones después. La primera es “Hamaariv Aravim”, que representa una alabanza a Hashem por el paso del tiempo y es paralela a la bendición de Yotzer Or» del rezo de Shajarit. La segunda bendición es Ahavat Olam en la que se alaba a Hashem por amar al pueblo de Israel y entregarle la Torá. La tercera bendición es Emet Veemuná, en la cual se alaba a Hashem y se le agradece por la redención.
Estas tres bendiciones son correspondientes a las tres bendiciones del Shemá de la mañana, mientras que la cuarta bendición que se agregó por la noche, “Hashkivenu” tiene como propósito pedirle a Hashem que nos proteja a la hora de dormir. De esta manera vemos que las bendiciones del Shemá suman siete, tres en Shajarit y cuatro en Arvit y respecto a esto dicen los Sabios en el Talmud Yerushalmi (Berajot 1:5) que fueron establecidas con base al versículo (Salmos 119:164): “siete veces al día te alabaré.
Ya que tanto el Shemá como sus bendiciones y el recuerdo de la salida de Egipto son preceptos que dependen de un tiempo específico para ser cumplidos, las mujeres están exentas de su cumplimiento. El horario para recitar el Shemá comienza con la salida de las estrellas y se prolonga hasta la medianoche. Bediavad se puede recitar con sus respectivas bendiciones hasta el horario del alba.
Si bien las mujeres están exentas de los preceptos positivos que dependen de un tiempo específico, aquella que quiera cumplirlos tiene un gran mérito en hacerlo. Dado que ellas de todas maneras acostumbran recitar la primera porción del Shemá antes de dormir, es bueno que al hacerlo tengan la intención de cumplir con el precepto de leer el Shemá y de esa manera tengan el privilegio de cumplirlo por la noche.
Los miembros de la Gran Asamblea indicaron que se rece la Amidá por la noche, estableciendo que el horario de hacerlo correspondiera con el de la quema de los sebos de los sacrificios sobre el altar. Estos eran quemados durante toda la noche si no se alcanzaba a hacerlo durante el día (Tratado de Berajot pág 26b). No obstante, inicialmente los Sabios establecieron este rezo como opcional, lo cual implica que es bueno hacerlo pero no es una obligación.
La diferencia entre este rezo y el de Shajarit y Minjá radicaba en que los primeros rezos fueron establecidos como sustitutos de las ofrendas permanentes de la mañana y la tarde y el vertido de las respectivas sangres. En cambio el rezo de Arvit fue establecido como sustituto de las quemas de sebos y órganos sobre el altar, que si bien era un precepto quemarlos, en caso de no hacerlo, la ofrenda ya sacrificada seguía siendo válida. Por esta razón el rezo de Arvit inicialmente era opcional. Por lo tanto, quien tenía la intención de dedicarse al cumplimiento de otra mitzvá o si ya se había acostado a dormir o por cualquier otra razón se le dificultaba rezar Arvit, no estaba obligado a hacerlo.
Sin embargo, con el transcurso de los años los judíos acostumbraron a rezar Arvit al grado de que ya se trata de un rezo obligatorio. En Arvit no se lleva a cabo la repetición de la Amidá por parte del oficiante ya que como inicialmente era opcional no era necesario repetirla para que la gente que no supiera seguir el rezo pueda cumplir con su deber (Shulján Aruj 137:1).
Las mujeres están exentas del rezo de Arvit. Incluso aquellas opiniones halajicas que sostienen que las mujeres deben recitar todos los rezos establecidos por nuestros sabios, consideran que esto se aplica a Shajarit y a Minjá, que fueron obligatorios desde el inicio, mas no para Arvit. La costumbre de los hombres de aceptar Arvit como rezo obligatorio no recae entonces sobre ellas. En el caso de una mujer que quiera rezar Arvit recibirá bendición por ello y algunas mujeres virtuosas acostumbran a hacerlo pero no es una obligación. |