Leyes y costumbres del mes de Nisán
- La importancia de éste mes: “Este mes será para vosotros el principio de los meses, será para vosotros el primero de los meses del año”. La mayor parte del mes de Nisán se considera festivo: en Rosh Jodesh (el primero del mes) fue erguido el mishkán (tabernáculo); durante los primeros doce días del mes, los jefes de las tribus de Israel ofrecieron sacrificios; posteriormente llegan los siete días de Pesaj (fiesta de la Pascua), en los cuales el pueblo de Israel fue redimido de Egipto y también en el futuro próximo será redimido. Por lo tanto, este mes cuenta con leyes especiales (Shulján Aruj 429:2 131:7; Nekudat Hakesef ibíd.).
- Cuando una persona se refiere a Nisán como el primero de los meses, cumple la mitzvá de la Torá mencionada anteriormente: “Este mes será para vosotros el principio de los meses etc”. El propósito de esta mitzvá es recordar el mes en el que fuimos redimidos de Egipto (véase Rambán a la Torá).
- Se pregunta acerca de las leyes de Pesaj: Treinta días antes de la festividad, se pregunta acerca de las leyes de Pesaj. Por lo tanto, es una obligación para todo judío repasar día a día las leyes de Pesaj durante estos días. También se debe comenzar a limpiar la casa y a comprar los artículos necesarios para Pesaj. Muchos judíos temerosos de Hashem comienzan estos preparativos exactamente treinta días antes de Pesaj, que es el catorce de Adar, es decir, Purim en las ciudades que no están amuralladas (véase T.B. Rosh Hashaná 7a; Bejorot 47b; Kaf Hajim ibíd. 5; Mishná Berurá inciso 2).
- También una persona que conoce estas leyes porque las estudió en años previos, debe estudiarlas de nuevo cada año, pues es común olvidarse de algunas de ellas. Otra razón para repasarlas es porque al aprender una ley de la Torá, uno crea un ángel que lo protege y evita que transgreda esa ley.
- Si dos estudiantes van simultáneamente a hacerle preguntas a un rabino dentro de los treinta días previos a Pesaj, y la pregunta de uno de ellos está relacionada con Pesaj y la otra no, el rabino debe responder primero la pregunta que tiene que ver con Pesaj, ya que es una pregunta hecha en un momento apropiado (véase Bet Yosef 429).
- La obligación de estudiar las leyes antes de la festividad, recae tanto para un individuo como para toda la congregación; sin embargo, si la congregación sigue un orden de estudio cotidianamente, no debe interrumpirlo para estudiar las leyes relacionadas con Pesaj, sino que debe acortar un poco el estudio cotidiano y dedicar el tiempo sobrante para estudiar las leyes de Pesaj (Véase Kaf Hajaim y Biur Halajá ibíd.).
- Tajanún en el mes de Nisán: No se recita el tajanún ni nefilat apaim durante todo el mes de Nisán, ya que la mayoría de los días del mes son festivos, por causa de los sacrificios que ofrecían los jefes de las tribus en los días de Pesaj (ibíd. inciso 2).
- No se recita tzidkatjá en el rezo de minjá de Shabat. Asimismo, en todos los Shabatot del año en los que no se recitaría el tajanún si fuera un día de la semana, tampoco se recita tzitkadjá (ibíd. y cap. 292:2).
- No se recita el salmo de “lamenatzeaj… yaanjá” ni “Tefilá leDavid” en el rezo de shajarit durante todo el mes de Nisán. Los ashkenazim sí dicen “lamenatzeaj… yaanjá” todo el mes, salvo en la víspera de Pesaj y en Jol Hamoed Pesaj (Kaf hajaim 429:40.
- La parashá de los príncipes (nesiím): En Rosh Jodes Nisán fue instaurado el tabernáculo, y los príncipes ofrecieron sacrificios durante la inauguración del tabernáculo; cada uno de los príncipes hizo su ofrenda en un día distinto, y, por lo tanto, se acostumbra a leer la parashá de los príncipes desde el primer día de Nisán en adelante: cada día se lee la ofrenda del príncipe respectiva a ese día. El día 13 de Nisán se lee hasta “ken asá et hamenorá” (Kaf Hajaim 429:22 y 23; hay quienes acostumbran dar un donativo de tzedaká después de leer la parashá; hay quienes acostumbran leer el libro de Yejezkel; mientras que otros aumentan varias peticiones; hay quienes también acostumbran leer la parashá de “vayavíu et hamishkán” y la de “vayehí beyom kalot Moshé”; véase en la Drishá 429:2 con respecto a en qué día hizo su ofrenda el primer príncipe).
- Después de la lectura de la parashá de los príncipes, se acostumbra leer el “yehí ratzón” que se recita al recordar las almas, tal como aparece en los libros de rezo. El Rav Yosef Jaim ztz”l (Ben ish jai), acostumbraba recitar la petición por la elevación de las almas durante todo el mes de Nisán (de las palabras del Rav Yosef Jaim en Hagadat Oraj Jaim 1:2 se entiende que sólo solían leer la parashá y no la petición que aparece en el libro de rezos. Posteriormente solían separar 3 monedas para la tzdaká y recitaban el “ana bekoaj”, “shir hamaalot beshuv” y “haleluyá halelú et Hashem mi hashamaim”. Todo esto lo recitaban mientras sostenían las 3 monedas en la mano, y luego las donaban a la tzedaká. En todo lugar donde no se va a generar una discusión si se lleva a cabo esta costumbre, es recomendable hacer como hacía Rav Yosef Jaim (Kaf Hajaim 429: 22 y 23)).
- Hay quienes leen la parashá de los príncipes directamente de la Torá, pero la mejor costumbre es leerlo del libro de rezo o de un jumash (pentateuco).
- Ayuno en el mes de Nisán: No se debe ayunar en el mes de Nisán, ni siquiera alguien que tiene el aniversario de muerte de un familiar cercano. Tampoco un novio o una novia el día de su boda deben ayunar. Según la opinión de la Mishná Berurá, en Rosh Jodesh Nisán los novios sí deben ayunar (Mishná Berurá ibíd. inciso 10; por lo general los novios no ayunan en Rosh Jodesh, pero el Ramá en el cap. 693 escribió que hay que ayunar en Rosh Jodesh Nisán, ya que los dos hijos de Aarón fallecieron ese día).
- No se debe establecer un día de ayuno público, pero una persona puede ayunar por causa de un mal sueño. Los primogénitos ayunan en la víspera de Pesaj (Shulján Aruj 429:2; Ramá ibíd. Kaf Hajaim inciso 34; Ramá 193:1; Jukat Hapesaj; hay quienes acostumbran hacer todos esos ayunos y también ayunos individuales, pues esa es la opinión del Shulján Aruj, sin embargo, esa no es nuestra costumbre; véase Shulján Aruj 429:2 y el Bet Yosef, beer hetev inciso 7 ; 492:1).
- Las personas que acostumbran a ayunar siempre en la víspera de Rosh Jodesh, de acuerdo con ciertas opiniones no deben ayunar en la víspera de Rosh Jodesh Iyar, ya que todavía es parte del mes de Nisán; más bien, deben posponer el ayuno para después de Rosh Jodesh (Mishná Berurá 429:1). De acuerdo con la opinión del Ben Ish Jai (Hagadat Oraj Jaim pág. 440), este motivo es muy vago, y, por lo tanto, alguien que tiene esa costumbre o alguien que quiere ayunar en la víspera de Rosh Jodesh Iyar, tiene permitido hacerlo.
- Duelo y cementerio: En el mes de Nisán no se les dice “tziduk hadín” a los enlutados en los siete días de luto, aunque el fallecido haya sido un gran erudito de la Torá. Si alguien acostumbró hacerlo, puede seguir con su costumbre (véase Ramá 429:2; Kaf Hajiam inciso 33).
- No se hace elogios fúnebres todo el mes de Nisán, más que a un sabio y delante de él, es decir, antes de enterrarlo (ibíd.).
- No se acostumbra ir al cementerio en el mes de Nisán, y alguien que tiene aniversario de muerte de un pariente cercano en ese mes (yortzait), debe ir al cementerio antes de Rosh Jodesh. Sin embargo, alguien que tiene el aniversario del día séptimo del fallecimiento o del día treinta, puede ir al cementerio (véase en las halajót de Rosh Hashaná las leyes con respecto a ir al cementerio).
- Se acostumbra ir en la víspera de Rosh Jodesh Nisán al cementerio para aumentar rezos por la elevación de las almas de los fallecidos, ya que de acuerdo con el Zohar Hakadosh, en estos días las mitzvot y las buenas acciones que se hace para la elevación de las almas de los fallecidos es muy favorable. Es bueno hacerlo también en la víspera de Rosh Jodesh Iyar.
- Kimja depisja (“Harina de Pesaj”): Está escrito en el Zohar Hakadosh que en todas las festividades la persona debe alegrarse y también debe alegrar el corazón de los pobres; si alguien se alegra solo y no alegra a la gente pobre, se le aplica lo que está escrito en el versículo “vuestros nuevos meses y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; cansado estoy de soportarlas”(Yeshayahu1:14); y “os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados” (Malají 2:3). Por lo tanto, toda persona debe procurar alegrar a los pobres, a los huérfanos y a las viudas, para que de esa manera Hashem alegre su corazón (Zohar Itró 88:2).
- El Rambam (Halajot de Yom Tov 6:18) escribió con respecto a la mitzvá de alegrarse en las festividades, que además de la mitzvá de alegrarse a uno mismo, también debe alegrar a su esposa y a sus hijos, y cuando uno come y bebe, debe alimentar también a los huérfanos, a las viudas y a otras personas pobres desafortunadas. Pero la persona que cierra su puerta y come y bebe solo con su esposa y con sus hijos y no le da de comer y de beber a los pobres y a los desamparados, esa no se considera alegría de mitzvá sino que está alegrando a su barriga; al respecto dijo el profeta (Hoshea 9): “sus sacrificios son como pan de dolientes para ellos, todos los que participan en ellos se contaminan, porque su pan es para ellos mismos”. Una alegría como esta es una vergüenza para ellos, tal como dice el versículo: “os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados” (Malají 2:3).
- Es una costumbre antigua tomar trigo y repartírselo a los pobres para ayudarlos con los grandes gastos de la festividad. Hoy en día la costumbre es repartir monedas a las instituciones de beneficencia que se encargan de repartir canastas con alimentos a las familias necesitadas (Ramá 429:1; Kaf Hajim ibíd.).
- Cabe recalcar que algunas autoridades rabínicas le dieron a esta costumbre validez como si fuera una halajá. Esta es una obligación para cada persona y no se considera sólo como un acto de devoción. Por lo tanto, toda persona que habite en una ciudad por más de treinta días, está obligado a cooperar en la colecta del kimja de pisja. Y un pobre que vive más de treinta días en una ciudad, tiene derecho de recibir de esa colecta. Los responsables por la colecta deben darle a cada persona pobre según su situación y según el número de integrantes que haya en su familia (Mishná Berurá inciso 5).
- Shabat Hagadól: Se volvió una costumbre en el transcurso de las generaciones que, en el Shabat previo a Pesaj, el rabino de la comunidad diserte públicamente las leyes y las hagadot relacionadas con Pesaj, para enseñarle a la congregación el camino que debe seguir y lo que se debe hacer durante la festividad. Uno de los motivos por los que se le denomina “Shabat hagadól” (el gran Shabat) es porque se congregan grandes multitudes a escuchar estas importantes leyes.
- Dado que lo principal del discurso del Shabat hagadol es enseñarle a la gente lo que debe hacer, y ya que las principales preparaciones para la festividad se deben hacer antes de la festividad, cuando Pesaj cae en Shabat la costumbre es adelantar el discurso de Shabat hagadol para que la gente pueda enterarse de lo que tiene que hacer y tenga tiempo para hacer los preparativos necesarios para la festividad (Kaf Hajaim 429:4).
- Los sefaradím no cambian el orden del rezo en el Shabat Hagadol ni el orden de las comidas, sino que hacen lo mismo que todos los Shabatot del año. Los ashkenazim, en cambio, tienen la costumbre de recitar parte de la hagadá de Pesaj en minjá de Shabat, desde “avadim haínu” hasta “lejaper al kol avonotenu” (Ramá 430:1; kitzur Shulján Aruj 107:3; no obstante, las personas que siguen la costumbre del Gaón de Vilna, no recitan la hagadá en Shabat hagadol).
- Hay quienes acostumbran leer en este Shabat la haftará de “vearba” (Kitzur Shulján Aruj 115:5; Kaf Hajaim 430:3 en nombre del Lebush). La mayoría de los sefaradim acostumbran leer “vearba” sólo cuando la víspera de Pesaj cae en Shabat (Kaf Hajaim 430:3).
- Los ashkenazim no recitan en la conclusión de este Shabat “vihí noham” ni “veatá kadosh”. La costumbre de los sefaradím es sí recitarlo, igual que todos los Shabatot del año (Ramá 295:1; véase Kaf Hajaim ibíd. inciso 9; Ben Ish Jai, segundo año, Vayetzé 6).
La bendición por los árboles
- El tiempo de la bendición: En el mes de Nisán, se tiene el mérito de recitar la bendición de por árboles, la cual sólo puede bendecirse una vez al año (Shulján Aruj 226:1).
- Es bueno hacer esta bendición el día de Rosh Jodesh Nisán, ya que las personas que se apresuran a cumplir con las mitzvot se consideran agiles. Hay quienes acostumbran a recitarla durante Jol Hamoed, ya que de esa manera lo hacen muchas personas juntas y todos están vestidos con ropas bonitas en honor de la festividad. Si alguien no puede recitarla en alguno de estos momentos, tiene todo el mes de Nisán para hacerlo. Si termina el mes de Nisán y alguien todavía no pudo recitarla, debe decirla en cualquier otro momento pero no debe mencionar el nombre de Hashem en la bendición (Kaf Hajaim ibíd. inciso 1).
- La persona que se encuentra en la diáspora, en un lugar donde las flores de los árboles no brotan en el mes de Nisán, sino más tarde, la bendición se debe hacer cuando las flores broten, pero sin mencionar el nombre de Hashem en la bendición. De acuerdo con la opinión de la Mishná Berurá se debe bendecir cuando las flores broten, incluso que no sea en el mes de Nisán (véase Mishná Berurá 226:1; Kaf Hajaim inciso 1; Hagadat Oraj Jaim del Ben Ish Jai pág. 7 inciso10).
- No se debe hacer la bendición por los árboles en Shabat o en Yom Tov. Aunque Rosh Jodesh caiga en Shabat, y alguien quiera cumplir con “los agiles se adelantan en el cumplimiento de las mitzvot”, no debe bendecirla en Shabat (Hagadat Oraj Jaim 7:7; Kaf Hajaim 226:4).
- ¿Sobre qué se bendice? Se debe bendecir por lo menos por dos árboles, aunque los dos sean de la misma especie; no obstante, en principio se debe procurar embellecer la mitzvá y bendecir por dos árboles frutales de distinta especie. (Hagadat Oraj Jaim 7:9; Kaf Hajaim 226:2).
- En el momento de bendecir por los árboles, es necesario que tengan flores que ya hayan brotado; sin embargo, si ya comenzaron a crecer las frutas, y no queda en él árbol ninguna flor, si no es posible encontrar árboles con flores, se debe bendecir sin mencionar el nombre de Hashem en la bendición (Mishná Berurá 266:4; véase Kaf Hajaim ibíd. inciso 7 con respecto a la costumbre del mundo; Kaf Hajaim inciso 2; en la época del Kaf Hajaim todavía no salían a la luz las palabras del Ben Ish Jai en su explicación a la hagadá; véase el Gaón de Vilna ibíd. inciso 2, que discute con el principio del Shulján Aruj y afirma que aunque ya hayan crecido frutas en el árbol, se debe bendecir; en la práctica, las personas que siguen la opinión del Gaón siempre deben bendecir, pero los demás, deben bendecir sin mencionar el nombre de Hashem en la bendición; Hagadat Oraj Jaim 7:11 en nombre del Séfer Haeshkol pág. 68 de la edición 628).
- Esta bendición fue establecida específicamente sobre árboles frutales y no sobre árboles que no dan frutas (Hagadat Oraj jaim 7:11; Kaf Hajaim 226:2 y 11).
- No se debe bendecir sobre árboles que se sabe que son producto de un injerto (Hagadat Oraj Jaim 7:12 en nombre del Shut Rav Paalim 2, Oraj Jaim 36; Kaf Hajaim 226:11).
- Está permitido bendecir sobre árboles que fueron plantados hace menos de 3 años (Hagadat Oraj Jaim 7:12; Shut Rav Paalim 3, Oraj Jaim 9).
- No se debe bendecir por árboles que crecen en macetas dentro de las casas.
- La forma de la bendición: Hay que hacer un esfuerzo por bendecir en presencia de un minyan de 10 personas. No obstante, no hay que postergar la bendición por eso (Hagadat Oraj Jaim 7:5; Kaf Hajaim 226:7).
- Es recomendable lavarse las manos (sin bendecir) antes de la bendición por los árboles (Hagadat Oraj jaim 7:3; Kaf Hajaim 226:3).
- De acuerdo con los Sabios de la Cabalá, con esta bendición se hace grandes arreglos con las almas de los muertos, priniplamente con el padre y la madre de uno. Por lo tanto, hay que hacer el esfuerzo de recitar el “Petaj Eliahu” antes de hacer la bendición (hay quienes dicen después). Después de la bendicion hay que separar tres monedas para la tzedaká, para la elevación de las almas, y leer la petición ordenada para la elevación de esas almas (Hagadat Oraj jaim 7:5 y 6; Kaf Hajaim 226:6 y 8).
- Fuera de la ciudad: es bueno y recomendable hacer esta bendición fuera de la ciudad, tal como dice la Guemará: “el que sale en los días de Nisán y encuentra árboles en los que están brotando flores”. No obstante, un erudito de la Torá que dedica su tiempo al estudio, no debe perder su tiempo en salir de la ciudad para recitar esta bendición, y puede bendecir por los árboles de su patio. Asimismo puede hacer alguien que se le dificulta salir de la ciudad (T.B. Berajot 43b; Hagadat Oraj jaim 7:8; Kaf Hajaim 226:3).
- Si una persona no encuentra árboles en los que están brotando flores, debe ir a buscarlos, pues está es una mitzvá obligatoria para las personas.
- Si una persona ve un árbol y no bendice: Si una persona ve árboles y no bendice por ellos, no pierde la bendición, y cuando vuelva a ver otra vez árboles dando flores, puede bendecir por ellos (véase Kaf Hajaim 226:10).
- Mujeres: Hay una discusión con respecto a si esta mitzvá se considera una mitzvá generada por el tiempo, de la cual las mujeres están exentas de cumplir o no, y, por lo tanto, las mujeres no deben bendecirla. De todas maneras, es recomendable que las mujeres escuchen esta bendición de sus esposos y que ellos tengan la intención de que ellas cumplan la mitzvá con las bendiciones de ellos; además ellas también deben tener esa intención. Una mujer ashkenazí puede bendecir por sí misma (así está escrito en el libro Har Tzvi; véase Ben Ish Jai, segundo año, Ekev 19; con respecto a la bendición por el sol (birkat hajamá) se entiende de sus palabras que las mujeres no deben bendecir).