Pregunta:
Es verdad que no basta con la confesión escrita en el majzor y que se debe especificar los pecados personales? ¿Cómo se hace esto?
Respuesta:
De acuerdo con la Cabalá, sólo se debe decir la confesión en orden alfabético, y hay que repetir aquellas letras que en hebreo se escriben diferentes al final de las palabras (מנצפ»ך). Tampoco se debe decir la confesión más de una vez en cada rezo. Si alguien sabe que cometió un pecado que no aparece en el texto de la confesión, es correcto que especifique su pecado y que se confiese por él con amargura en el corazón y con lágrimas en los ojos, en voz baja. Y si el pecado que cometió aparece en el texto de la confesión, cuando lo lea debe amargarse por él. Los devotos de antaño solían escribir los pecados que cometían durante el año para confesarse por ellos en Yom Kipur (Séfer Jasidim cap.21; véase Kaf Hajaim 607:14).
Un individuo que dice la confesión e incluye sus pecados personales, debe hacerlo en voz baja para que los demás no escuchen sus pecados, que dice el versículo “bienaventurado es aquel que eleva el pecado y que oculta la iniquidad (Tehilím 32:1).Sin embargo, recitar el texto de la confesión impreso en los sidurim, no implica publicar los pecados. Si las personas tienen sospecha de que alguien pecó, él puede revelar su pecado (Shulján Aruj ibíd 2; Kaf Hajaim ibid. 12; Mishná Berurá incisos 6, 8).
Los pecados por los que uno se confesó el Yom Kipur anterior, a pesar de que sepa que no los volvió a hacer, puede volver a confesarse por ellos, y se considera alabado al hacerlo, como fue dicho: “mi pecado está siempre frente a mí” (Tehilim 51:5). (Rambam en las leyes de arrepentimiento 2:8; Shulján Aruj 607:4; véase Mishná Berurá inciso 14 y Kaf Hajaím inciso 33).
Un dirigente del rezo que se confiesa en la repetición de la amidá por él mismo y por toda la congregación, debe recitar el texto común, y debe decir la confesión en voz alta, para que la congregación escuche y de esa manera recuerde sus pecados y retorne a Hashem, y eso es expiación para todos. Todo dirigente del rezo que baja la voz a la hora de la confesión, debe ser reprochado; y todo dirigente del rezo que incluye sus pecados personales en la repetición de la amidá, está equivocado. Sin embargo, en la amidá en silencio, se considera como cualquier otra persona del público. (Véase Kaf Hajaim ibíd 16; Ramá 607:2).
En la amidá en silencio, cada individuo se confiesa al final de la amidá, y dice la confesión cuando se encuentra de pie, como en el rezo de la amidá. Sin embargo, si escucha el kadish, debe responder junto con la congregación y luego continuar su confesión. El dirigente del rezo se confiesa a la mitad de la repetición de la amidá.
confesión
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